La multinacional catalana Grifols, que trasladó su sede fiscal a Irlanda, ganó 625,1 millones de euros en 2019, un 4,8% más que en 2018, y alcanzó un ebitda de 1.434 millones, un 17,3% superior al de un año antes, según los datos publicados este jueves por la empresa.Todo aumentó durante el pasado ejercicio y no sólo la remuneración del Consejo de Administración, con el presidente, Víctor Grifols Roura, al frente. Particularmente lucrativa resultó Bioscience, la división estrella de la compañía, dedicada a las proteínas plasmáticas, cuyas ventas aumentaron un 13,6%, hasta los 3.993,4 millones de euros.

Particularmente positivo fue el negocio en EEUU y Canadá, mercados que aportaron el 66,5% de las ventas totales del grupo. El dato contrasta con el papel que juega Europa, que sólo aportó el 16,8% de la facturación. Está claro que a Grifols no le afectan los aranceles de Donald Trump.