• El jefe del Eurogrupo Dijsselbloem se reúne en Atenas con el primer ministro griego y su equipo económico.
  • Pero lo que se encuentra es peor: el Ejecutivo heleno dice que no reconoce a la troika como interlocutora para resolver el problema de la deuda.
  • Tsipras pide tiempo y una quita de la deuda pero aumentará el gasto público.
  • Los países de la eurozona rechazan una quita a la deuda helena y advierten a los griegos de que no pueden aumentar el gasto público.
  • Aunque el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, se mostró optimista sobre la posibilidad de un acuerdo entre el nuevo Gobierno griego y sus acreedores. 

El Eurogrupo acordó el pasado lunes iniciar un "diálogo constructivo" con el nuevo Gobierno griego y ofrecerle ayuda para mantener al país en la eurozona, pero sólo si respeta las reglas y los compromisos asumidos. Además, los países de la eurozona han rechazado una quita a la deuda helena y se resisten incluso a reestructurar los plazos y los tipos de interés. Paralelamente, el primer ministro griego, Alexis Tsipras pide tiempo y una quita de la deuda, pero a la vez dice que va a aumentar el gasto público: "Estamos dispuestos a proceder a reformas muy profundas, sin austeridad pero tampoco con déficit. Necesitamos tiempo", dijo.

Es ese contexto en el que hay que ver la visita este viernes a Grecia del presidente del Eurogrupo, el socialista holandés Jeroen Dijsselbloem,. Se ha reunido en Atenas con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y con su equipo económico. Su objetivo era iniciar el diálogo con el nuevo Gobierno de Syriza, pero lo que se ha encontrado es un portazo: sólo así cabe interpretar al ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, que ha dicho, sin despeinarse, que Atenas no reconoce a la troika como interlocutora válida en las negociaciones sobre el rescate financiero. "No estamos dispuestos a trabajar con una comisión que no tiene razón de ser, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo", ha dicho el ministro, aunque también ha señalado que su voluntad es cooperar plenamente con sus socios europeos.

Dijsselbloem ya ha advertido a los griegos que la cuadratura del círculo es imposible: es decir, reducir la deuda aumentando el gasto público.

El holandés se ha reunido, además de con el ministro de Finanzas, con el vicepresidente económico, Yanis Dragasakis; con Yorgos Stathakis, que dirige el superministerio de Economía, Infraestructuras y Turismo; y con el viceministro responsable de Relaciones Económicas Internacionales, Euclid Tsakalotos.

Dijsselbloem es el segundo dirigente de la UE que visita Atenas tras la llegada al Gobierno de Syriza. Le ha precedido este jueves el presidente de la Eurocámara, el socialista alemán Martin Schulz, que se ha reunido también con Tsipras.

En una rueda de prensa conjunta con el primer ministro griego, Schulz se mostró optimista sobre la posibilidad de un acuerdo entre el nuevo Gobierno griego y sus acreedores y ha elogiado los planes de Tsipras para combatir la evasión fiscal. Por su parte, el líder de Syriza ha repetido que negociará con sus socios europeos para encontrar una solución mutuamente aceptable.

No obstante, cualquier acuerdo con Grecia no hará sino ampliar la agonía de la economía helena, cuya deuda asciende al 175% de su producción anual, y que supone unos 240.000 millones de euros.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com