• Lo acontecido en las últimas semanas en el país heleno muestra que se debe construir la UE de otra manera, pues la actual ha fracasado: debe basarse en donaciones, no en préstamos y ser un verdadero país.
  • A pesar de la cesión de Tsipras tras el referéndum y los acuerdos que se logren sobre el tercer rescate, la deuda griega no se podrá pagar.
  • Así lo apuntan el FMI y el BCE, que plantean una quita y una reestructuración de la deuda, mientras Schäuble propone una salida temporal del euro.
  • Paralelamente, el Parlamento alemán apoya la participación en la negociación del tercer rescate, pero aumenta la oposición a Merkel en la coalición.
  • El lunes abrirán los bancos griegos, pero no se levantará el corralito. Eso sí, tendrán dinero gracias al crédito puente de 7.160 millones aprobado por la UE.
El culebrón que protagoniza Grecia desde hace unas semanas sigue sin poder escribir las palabras The end, encadenando capítulos, algunos más polémicos que otros, pero con un gran damnificado: el pueblo griego. Pero el asunto es aún más relevante y más grave, pues el país heleno se ha cargado nada más y nada menos que la famosa idea de la 'solidaridad europea' y a pesar de todos los acuerdos que se alcancen sólo hay una cosa clara: Grecia seguirá sin poder pagar su enorme deuda. Y es que todo lo acontecido en las últimas semanas en el país heleno ha mostrado que se debe construir la Unión Europea (UE) de otra manera, pues el modelo actual ha fracasado. En primer lugar, debe cambiar el concepto que se tiene de 'solidaridad': ésta debería consistir en dar donaciones y no en dar préstamos. Y en segundo témino, convertir la UE en un verdadero país y no la suma de 28 países distintos: hasta ahora a los Estados miembros apenas les une una moneda común -que por cierto, no todos tienen- y algunas medidas de política económica, pero aún es mucho lo que les separa. Recuerden que el premier griego, Alexis Tsipras (en la imagen), se atrevió a lanzar un órdago con la convocatoria del referéndum. Pero tras obtener de su pueblo la respuesta que quería -el famoso 'oxi'-, agachó la cabeza como el niño que ha hecho una trastada volviendo a hablar con los líderes de la UE y cedió en las negociaciones logrando que se planteara un tercer rescate. Un acuerdo que no sólo se decidirá en las instituciones europeas y en el Parlamento griego, sino también en las cámaras de varios países europeos. En concreto, en las de los seis países de la UE que están obligados por sus legislaciones internas a llevar el acuerdo a sus Parlamentos: Alemania, Finlandia, Austria, Holanda, Estonia y Eslovaquia. Una lista a la que se ha sumado España de forma libre, tal y como anunció el pasado miércoles el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lanzando así un importante reto al jefe de la oposición, Pedro Sánchez. Al respecto de este asunto, cabe señalar que el Parlamento griego y el alemán ya han dado su aprobación. En el primer caso, no sin polémica, pues ha dejado ver una gran división en el seno del partido que gobierna, Syriza. Por su parte, el Bundestag ha aprobado este viernes la participación de Alemania en la negociación del tercer rescate a Grecia por una amplia mayoría (439 votos a favor, 119 en contra y 40 abstenciones). Sin embargo, el Parlamento alemán también ha sembrado ciertas dudas en la coalición del Gobierno que lidera Angela Merkel, pues 50 diputados han votado que no, 46 más que hace cinco años, cuando se votó el primer rescate griego. Pero a pesar de la cesión de Tsipras y de los acuerdos que se acepten en los parlamentos de los países citados y en el seno de la UE, la deuda griega no se podrá pagar. Así lo han apuntado ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). En concreto, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha planteado ya una quita de la deuda griega porque es "insostenible" y ha advertido que la negociación del nuevo rescate griego -el tercero- no será un camino de rosas. También el presidente del BCE, Mario Draghi, ha señalado que "un alivio de la deuda es necesario". Mientras, el ministro de Finanzas alemán, Wolfang Schäuble, no cree que Grecia pueda avanzar sin una quita de la deuda, "incompatible con la pertenencia a la unión monetaria". Por ello ha propuesto una salida temporal del euro y además protagonizó el pasado fin de semana un tenso encontronazo con Draghi, donde le espetó "no soy estúpido" y reflejó la diferencia de posturas entre ambos respecto a Grecia. Un último apunte. El próximo lunes abrirán los bancos griegos, pero no se levantará el corralito. Eso sí, tendrán dinero gracias al crédito puente de 7.160 millones de euros a través del EFSM (Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera), aprobado por la UE, según ha anunciado en su Twitter el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis. Cristina Martín cristina@hispanidad.com