• Los rebeldes de Syriza confirman la escisión: los diputados más díscolos se agrupan en otro partido, 'Unidad Popular'.
  • La nueva formación quiere ser el adalid de los valores más 'puretas' de Syriza: rechazan el rescate y quieren recuperar el dracma.
  • El presidente del país, Pavlopoulos, ya ha convocado a los partidos para formar nuevo Gobierno, pero el fracaso se da por seguro y se convocarán nuevas elecciones.
  • La Comisión Europea no tiembla: recuerda que las reformas con Atenas ya están pactadas y deben aplicarse al margen del resultado de los comicios.
  • Las que sí vuelven a temblar son las bolsas, que ya arrastran lo suyo por la incertidumbre sobre la economía china, y penaliza la prima de riesgo.
Tras la dimisión este jueves del primer ministro griego, Alexis Tsipras (en la imagen),  empiezan a desvelarse las primeras claves del nuevo escenario, turbulento cómo no, en la política griega. Para empezar, Syriza, el partido de Gobierno, confirma las sospechas sobre su escisión. El ala más radical de la formación se emancipa de su carismático líder y acudirá a los próximos comicios con marca propia: Unidad Popular. El nuevo partido quiere ser el adalid de los valores más puretas que llevaron al poder a Syriza. La nueva formación agrupa a los 25 diputados díscolos con la dirección. Eso sí, no irá en sus listas Yanis Varoufakis, el polémico ex ministro de Economía, depuesto por Tsipras tras el ataque de nervios que provocó en la negociación con la troika. Entre las medidas estrella del nuevo estandarte están el rechazo a los términos del acuerdo alcanzado sobre el rescate y la vuelta al dracma como moneda nacional. Mientras, el presidente griego, Prokopis Pavlopoulos, inicia los trámites para formar un nuevo Gobierno. Tal y como contempla la Constitución, el presidente debe reunirse con el segundo partido más votado, Nueva Democracia, para que constituya un Ejecutivo. El partido de Vangelis Meimarakis tiene un plazo de tres días para hacerlo. Si ninguna fuerza política reúne los apoyos suficientes, se convocarían elecciones en septiembre, tal y como propuso Tsipras tras dimitir. Los medios del país dan esto por hecho. Entre tanto, la Comisión Europea se cura en salud: recuerda a su socio griego que las condiciones del rescate, incluidas las reformas, han sido ya aprobadas en el Parlamento heleno, así que pueden ponerse en marcha "ahora", al margen de los nuevos comicios. La portavoz, Annika Breidthardt, ha precisado que la dimisión de Tsipras "no ha sido una sorpresa" para el organismo europeo. Este nuevo revés a la estabilidad política griega ha repercutido negativamente en las bolsas y en las primas de riesgo. Es otro argumento que provoca más números rojos. Tengan en cuenta el susto que arrastran por la incertidumbre sobre la economía china, que no crece como se espera. Las caídas están en torno al 1%, salvo en la Bolsa de Atenas, lógicamente la mayor perjudicada: cae un 3%. Se ha notado también en las primas de riesgo. La de España ha subido a los 145 puntos y la griega asciende hasta los 960 puntos. Daniel Esparza daniel@hispanidad.com