• Dos vigilantes heridos y tres ultras galos detenidos durante los graves incidentes dentro de San Mamés.
  • Es el balance de la gamberrada que protagonizaron ayer en San Mamés los ultras del Olympique de Marsella.
  • Los altercados tuvieron lugar dentro del estadio y en sus accesos, cuando un centenar de radicales galos lanzaron bengalas y se enfrentaron con violencia a los miembros de la seguridad privada (unos 200 efectivos).
  • La última moda: meterse bengalas en el ano para acceder al estadio. Sí, lo han leído bien: en el ano.

Tres franceses detenidos. Una espectadora herida de carácter leve. Dos guardas de seguridad trasladados al hospital (uno de ellos con un corte en el cuello) y media docena de vigilantes más, contusionados. Es el balance de los incidentes que protagonizaron ayer en San Mamés (Bilbao) los ultras del Olympique de Marsella. Los altercados tuvieron lugar dentro del estadio y en sus accesos, cuando un centenar de radicales lanzaron bengalas y se enfrentaron con violencia a los miembros de la seguridad privada (unos 200 efectivos). Finalmente, los antidisturbios de la Ertzaintza se vieron obligados a actuar en el interior del recinto deportivo para acudir en su auxilio y contener la avalancha ultra, informa El Correo. El fuerte dispositivo policial desplegado por el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de la villa durante todo el día (más de 500 agentes autonómicos y 100 locales) evitó que la capital vizcaína se convirtiera ayer en un campo de batalla. Afortunadamente para la ciudad, no se repitieron las escenas vividas durante la visita del Spartak de Moscú. Los radicales del Marsella ya habían protagonizado graves alteraciones del orden público en su visita de hace dos años y el Departamento de Seguridad quiso atajar el problema de raíz: vallado de la explanada de San Mamés, cacheos masivos, escolta permanente de los más exaltados... El inusual despliegue hizo que no hubiera problemas antes del encuentro. Sin embargo, los ultras del Olympique no querían marcharse de Bilbao sin armar ruido. Se las ingeniaron para colar varias bengalas al interior del campo (un método habitual es introducírselas en el ano, recubiertas con un condón, para después extraerlas en el baño). Encendieron el material pirotécnico y no dudaron en lanzarlo a los espectadores que estaban en las gradas bajas, hiriendo a una mujer. Todo esto provocó la reacción de la seguridad privada. Los vigilantes se enfrentaron a los radicales para tratar de minimizar los riesgos y garantizar la integridad de los espectadores. «En los pasillos que están vallados, dentro del estadio, se produjeron escenas propias de una batalla campal», asegura un delegado de CC OO, que se desplazó al hospital de Basurto para acompañar a uno de los heridos, que es afiliado de este sindicato. En un primer momento se temió por uno de los profesionales atacados, que presentaba un corte en el cuello. El hombre, de 57 años, quedó tendido en el suelo, cerca de la puerta 21. La víctima fue trasladada de urgencia a Basurto, donde se le dieron varios puntos de sutura. Al parecer, fue violentamente golpeado con la hebilla de un cinturón. Por fortuna, su estado no reviste gravedad, aunque, está a la espera de ser sometido a un escáner. El otro de los guardas evacuados al centro médico presentaba fractura del cuarto y quinto metacarpiano, así como una herida en el dorso de la mano, también por haber sido golpeado con un cinturón. ¿A qué espera la UEFA para expulsar al Olympique de Marsella de la competición? José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com