Decíamos ayer que el Banco de España tiene un problema: nadie quiere Liberbank. Pues bien, este jueves, Gonzalo Gortázar no ha aclarado si el supervisor le ha pedido, o no, adquirir la entidad que dirige Manuel Menéndez. El CEO de Caixabank, además, ha explicado, tras un desayuno organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), que ahora, superada la crisis, son las entidades -y no el BCE ni el BdE-, las que deciden si se fusionan o no, y con quién. Durante su intervención, Gortázar ha señalado, en cualquier caso, que “es lógico que haya consolidación (para reducir costes y ganar rentabilidad), aunque nuestro tamaño es grande y ahora no estamos en ese juego”.

Una de las afirmaciones que más han llamado la atención ha sido la referida a la Fundación Bancaria ‘la Caixa’, propietaria del 40% del banco. Según Gortázar, es “accionista de referencia, que no de control”. Curioso. Los Botín, por ejemplo, son accionistas de control y solo tienen el 0,7% del Santander.

Más cosas: a los accionistas de Caixabank la crisis les ha costado más de 4.400 millones de euros, entre las aportaciones a la Sareb y al FROB. El primer ejecutivo de Caixabank ha admitido que la reputación del sector “no es buena” y que “ha habido prácticas que no se deberían haber producido, como la comercialización de preferentes o las cláusulas suelo”. Ahora bien, según Gortázar “es importante que el sector deje de quejarse y empiece a ser consciente de cómo abordar el problema”.

La digitalización es importante y todo banquero que se precie habla de ella. Dos ideas: en cuatro años (2014-2018), la actividad en las oficinas de Caixabank se ha reducido la mitad al tiempo que la entidad aún tiene cuatro millones de clientes que solo utilizan los canales físicos.

Para terminar, un detallazo: Caixabank no va a cobrar a sus clientes por los depósitos. “No creemos que llegue a pasar y, desde luego, no queremos hacerlo”, ha afirmado.