• Primer problema: ¿quién protegerá ahora la españolidad de Repsol?
  • La venta del 20% certifica el divorcio entre los dos empresarios catalanes más conocidos.
  • Y las consecuencias son muchas.
  • ¿Cuánto tardará Caixabank en marcharse de Repsol?
  • Y, ojo porque Sacyr también no se va.
  • En Criteria se ha abandonado la idea de integrar las participaciones de Telefónica y Repsol, que ahora dependen de Caixabank.
Años atrás se decía que en la Barcelona industrial todo pasaba "por Brufau o por Fainé". Al final, Isidro Fainé se quedó al frente de La Caixa y Antonio Brufau se marchó a Repsol, donde La Caixa era su principal accionista (ambos en la imagen). La noticia es la ya contada: Caixa vende el 10% de Gas Natural Fenosa (GNF) y Repsol otro 10%. Obtienen casi 2.000 millones de euros y les vendrán muy bien a los dos. Se lo venden a un fondo (¡Ay, ay!) pero, por lo demás, la operación no es mala. En cualquier caso, más allá del contrato esto supone el gran divorcio Sí, nunca habían sido íntimos, pero ambos se han respetado siempre sólo que ahora el divorcio es total. Y de ahí surgen algunos problemillas. Ejemplo: ¿quién protegerá a la españolidad de Repsol, una de las grandes empresas españolas y la única petrolera que puede competir en el mundo? Porque Sacyr se irá en cuanto proceda -a la vuelta de año y medio, cuando venza el capital de su crédito bancario- y el siguiente paso de Fainé, una vez acceda a la Presidencia de GNF, será vender su actual participación en Repsol (10%) supongo que en dos bloques de a 5%. Y entonces, ¿quién protegerá la españolidad de Repsol? El Gobierno sabrá. No, la idea de que Caixabank le venda a Criteria las participaciones en Telefónica (5%) y en Repsol (9-10%) es una opción abandonada. Demasiado dinero para una regulación bancaria que, de forma estúpida, persigue las participaciones industriales. Y es que los divorcios son muy mala cosa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com