Desde Pamplona, de noche, a escondidas, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, 44 días en España para curarse del Covid, abandona nuestro país camino de Argelia. Menos mal que el juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional le pidió que estuviera localizable. Y lo estará: en Argelia, en los campos del Polisario, justo al lado de Marruecos.

Mientras, en Marruecos un régimen hacedor de bulos, el del Rey Mohamed VI, lanza de nuevo a jóvenes desesperados por el hambre y a adolescentes igualmente desesperados y con la cabeza hueca, contra Ceuta y Melilla. Les han dicho que en España atamos los perros con longaniza y están dispuestos a todo con tal de llegar al paraíso (herético-cristiano naturalmente). La corrupta y miserable policía marroquí les detiene, por ahora, pero ya cerca de la frontera, mientras continúa propalando el rumor de que la frontera se ‘abrirá’ de nuevo.

Sánchez eligió el deshonor y España corre el peligro serio de guerra con Marruecos

Y, al mismo tiempo, sin despeinarse, el sátrapa marroquí, descendiente del profeta, Mohamed VI, exhibe su cinismo con su orden sumaria a los ministerios de Interior y Defensa marroquíes para que “solucionen” el problema de los menores que él mismo ha enviado a España. No, no se trata de una solución final. Lo cierto es que al Rey de Marruecos le importan un bledo sus menores: lo que le importa es seguir utilizándolos como misiles humanos contra España y, al tiempo, decirle a su pueblo que él se preocupa muchísimo de los niños. El objetivo de Mohamed VI consiste en conquistar Ceuta y Melilla con menores, sin disparar un solo tiro, que te pueden matar por eso.

Por parte española, lo de siempre: Pedro Sánchez eligió el deshonor y España corre el peligro cierto de guerra con Marruecos. O el peligro de ceder con deshonor Ceuta y Melilla ante la conquista ‘civil’ del asimismo cobarde monarca marroquí.

En cualquier caso, la cobardía de Sánchez abochorna a todo español de bien y, además, resulta poco inteligente. Sánchez debería responder a Rabat militarizando Ceuta y Melilla, creando ambas plazas y aprovechando para españolizar las dos ciudades.

Maniobras conjuntas marro-norteamericanas: Rabat reta a Madrid con el primo de Zumosol

En este contexto, cobran especial relevancia las nuevas maniobras conjuntas marro-norteamericanas. Es decir, Rabat vuelve a retar a Madrid con el primo de Zumosol. El presidente Joe Biden protege a un país que utiliza a sus menores como arma de guerra para exhibir fuerza frente a las Islas Canarias (otra reclamación de Mohamed VI) o en el mismo Sahara Occidental, que la ONU aún considera un problema colonial.

Es decir, el vigía de Occidente, Washington, defiende a un país musulmán frente a un país cristiano. Tampoco hay que extrañarse de un católico abortero como Joe Biden, aunque en este caso, Donald Trump empezó apoyando a Rabat a cambio del reconocimiento del Estado de Israel. Y a Sánchez no se le ha ocurrido impugnar las bases norteamericanas en territorio español.

Lo peor es que Pedro Sánchez continúa sin convencerse de que España debe defenderse sola… porque tiene miedo y porque el honor de España y la seguridad de ceutíes y melillenses  le importa un bledo: lo único que le motiva es permanecer en el Moncloa el mayor tiempo posible.