Iberdrola ha actualizado las grandes líneas de plan estratégico 2018-2022, con una mejora de previsiones, en beneficio y dividendo, poniendo énfasis en España para liderar la “irrenunciable transición energética”. No obstante, el eco de Sánchez Galán, que ha sacado pecho en Londres, durante el Capital Markets Day, no ha llegado a los inversores, con una cotización bajista, en la misma línea del que Ibex.

Las inversiones en España, en concreto, sumarán en el periodo 8.000 millones de euros, un 19% del conjunto de 34.000 previstos para acelerar su crecimiento mundial. La clave, en uno y otro caso, es esencialmente verde, con un “modelo des carbonizado”, con los fondos repartidos en la mejora de las redes (16.000 millones) y energías renovables (13.300) y el 86% del total en negocios regulados o con contratos a largo plazo.

Galán vuelve a 'bendecir' el Plan de Energía y Clima, a pesar de paralización de la reforma de Ribera

Galán ha vuelto a bendecir el Plan Nacional de Energía y Clima, que forma parte del paquete de medidas de transición energética, paralizada y contestada por Endesa, Naturgy y Repsol. De hecho, Iberdrola aumenta un 40% las inversiones respecto al plan anterior, y el destino de más de la mitad (4.200 millones) está en las renovables. Espera tener operativos 3.000 nuevos megavatios eólicos y solares para 2022 (+51,9%) y triplicar esa capacidad en 2030.

Sánchez Galán (en la imagen, entre José Sainz Armada, director financiero, y Francisco Martínez Córcoles, director general de Negocios), ha insistido, no obstante, en la necesidad de consolidar un marco normativo y regulatorio a largo plazo, que despeje cualquier incertidumbre y aporte a la estabilidad a las inversiones.

En el encuentro con los analistas, Galán ha insistido en “el crecimiento orgánico” de Iberdrola, no mediante adquisiciones. Ha rechazado esa opción, que vuelve a escena con noticias intermitentes, pero se trata sólo de “ruido” mediático, que no parte precisamente de la eléctrica.

De igual modo seguirá con el plan de desinversiones en “activos no estratégicos”, como en Reino Unido, que ha elevado de 3.000 a 3.500 millones, de los que sólo se han llevado a cabo hasta ahora 1.200. A esa lista se puede unir la infraestructura de fibra óptica de Iberdrola.

Iberdrola prevé un aumento del beneficio del 30% y trasladar “año a año” al dividendo

Por lo demás, Iberdrola ha elevado los objetivos de beneficio y Ebitda. En el primer caso, hasta 3.700-3.900 millones, frente a los 200 millones menos de la horquilla anterior y 30% más que el de 2018 (3.014), un año salvado gracias a la rebaja de costes y las desinversiones. En el caso del Ebitda, en la parte alta del rango anterior, en 12.000, no en 11.500.

Esas previsiones se trasladan también al dividendo, que tiene previsto aumentar en la misma línea que los resultados, con un suelo de 0,40 euros brutos por acción en 2022. De acuerdo con esos planes, la retribución al accionista en el periodo sumará los 12.500 millones, con pay out de entre el 65% y 75% y manteniendo el dividendo flexible.

Asimismo, la energética estima que su deuda neta crecerá un 9% al final de 2022 desde los niveles actuales, situándose en los 37.400 millones de euros.