Ángel Gabilondo, portavoz parlamentario del PSOE, exministro de Educación y exfraile corazonista reconvertido al progresismo. Lo soltó en el gratuito 20 Minutos semanas atrás.

“Yo defiendo que haya enseñanza concertada. Me parece un error no hacerlo porque no podríamos garantizar la universalidad de la educación”.

A ver, campeón: la universalidad de la educación consiste en que haya escuelas abiertas, sean públicas o privadas. Lo que debatimos –confrontamos, o así- no es la universalidad de la educación (eso, me temo que ya no es posible, pero la educación obligatoria y reglada fue el principio de todos los males), sino la libertad de enseñanza. Que es distinto, Gabilondo.

Por otra parte, la enseñanza privada, o privada-concertada, no es un complemento, sino un chollo para el Estado. El puesto escolar privado en la concertada le cuesta al conjunto de los ciudadanos cuesta la mitad que el puesto público. En la privada no le cuesta nada.

No se engañen: uno objetivo del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez consiste en fulminar la educación privada

Y el papel de la educación privada se deja ver en algo muy sencillo: si les dieran a elegir a los padres españoles entre llevar a sus hijos a una escuela privada o a otro pública, ¿qué creen ustedes que elegiría la mayoría?

El padre Gabilondo no para ahí. Otra mentira, con un poco de caradura: la educación privada, la escuela concertada, debe ser “gratuita, inclusiva e intercultural”.

A ver: no es gratuita porque el Estado paga menos a la privada que a la pública, cuando debería ser al revés: tengan en cuenta que el padre del alumno privado paga dos veces. En cualquier caso, por eso no es gratuito, porque ningún colegio concertado podría sobrevivir sólo con el concierto, al menos en España.

La escuela concertada es un chollo para el Estado: le cuesta la mitad. La privada es el superchollo: no le cuesta nada

Inclusiva significa que a la escuela católica le hacen tragar con la ideología de género y otros lavados de cerebro a los niños. E intercultural significa lo mismo que inclusiva: son conceptos que se emplean cuando hay que hacer que los padres traguen con piedra de molino y cuando, mayormente, se trata de imponer que a los niños nos les eduquen los padres, sino el Estado; los políticos, para entendernos.

Mire usted, el sujeto de derechos de la libertad de enseñanza son los padres: la libertad de educación consiste en que los padres puedan educar a sus hijos según su conciencia y según sus principios. Esto se consigue con el cheque escolar: un bono entregado a los padres para que con se cheque paguen el colegio que han elegido para sus hijos.

Pero claro, la izquierda no quiere ni oír hablar de ello: se descubriría la verdad que a la escuela pública va quien no puede ir la privada.