• Dentro del nuevo proceso de fusiones que impulsa Bruselas (mas bien Francfort).
  • Con la ampliación de capital ha devaluado el banco pero ha ganado tiempo.
  • Y una vez más, le ha salvado la red de oficinas.
  • La visita de Danièle Nouy ha ratificado la orden del BCE a la banca española: pasar de 12 bancos a cinco.
  • Pero lo cierto es que si el Popular queda fuera de juego, sólo quedan cinco bancos para absorber… lo que probablemente no quieran absorber.
  • Y ahí llega la amenaza del Banco de España: pues entonces, para los extranjeros.
  • Vivimos una verdadera curiosidad histórica: la próxima crisis bancaria la están provocando, ahora mismo, los reguladores encargados de la solvencia bancaria.
El presidente del Popular, Ángel Ron (en la imagen), precipitó la nueva mega ampliación de la entidad. Quería ejecutarla antes de las elecciones y de la composición del nuevo Gobierno. De esta forma, devaluó el banco pero se fortaleció de cara a un proceso de fusiones que viene formado por el Banco Central Europeo y por el Banco de España, a dúo. Era un salto mortal en el vacío, el segundo en res años y una vez más le ha salvado la red de oficinas del Popular, y su capacidad para generar negocios. Esta vez no ha sido el presidente quien ha salvado a la plantilla sino justo al revés. Los hechos: en primer lugar, Danièle Nouy, la poderosa supervisora del BCE, en su reciente viaje a España, volvió a recordarle al Gobierno y al Banco de España (BdE) que en España hay que pasar de 12 bancos a cinco. Eso por una parte. Ahora bien, el Popular pretende ser absorbente, no absorbido, y eso cambia la situación. De hecho, el Ceo del Sabadell, Guardiola, dice que no habrá fusiones en España. Sí que las habrá pero para eso debe haber Gobierno. Y ocurre que los cinco grandes (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankia) iban a absorber y ahora con la reivindicación de Ron sobre un absorbente falta un absorbido. En cualquier caso, vuelvan a pensar en absorciones de esos grandes a los medianos: Ibercaja, Unicaja, Kutxabank, Liberbank, BMN y Bankinter. Y el presidente de este último es Jaime Botín, que no come ni deja comer. Por un lado, los grandes se preparan para absorber medianos. En segundo lugar, y eso es lo más importante: el BdE se guarda un as en la manga: dar entrada a extranjeros que quieran comerse a bancos españoles para ganar cuota de mercado. Por ejemplo, cuidado con Crédit Mutuel. Y si no, pues a la desaparición por elevación constante de la exigencia de capital propio y/o de provisiones. Tienen que quedar cinco negritos. Y, por el mismo precio, hacer beuno el nuevo estilo vigene en el setor: son los reguladores, encargados de apuntalar le sistema, lo que se están cargando el negocio bancario. Imponen más solvencia a costa de la rentabilidad. Al final, como no hay rentabilidad, la solvencia se derrumba y, con el tiempo, llegaremos a una nueva crisis bancaria... provocada por los reguladores. Tiempo al tiempo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com