Gracias a la fundación han nacido en lo más duro del confinamiento -cuando los centros de salud estaban cerrados- durante la expansión del coronavirus, más de 300 bebés, que han tenido seguimiento ecográfico, analíticas y acompañamiento con “voluntarias madrinas. Y es que, muchas madres, debido a su angustia vital durante el confinamiento, deseaban no seguir con su embarazo, y gracias al acompañamiento y seguimiento ecográfico y analíticas que realizaba Fundación Madrina, esos niños han 'sobrevivido' a esta pandemia. 

A la vez, la Fundación está desarrollando dos programas importantes para paliar las consecuencias del COVID, uno con la finalidad de dar empleo a todos los que están en las colas del hambre -programa diamante-, y otro de alojamiento para las familias más vulnerables y en situación de calle “realojándolas” en lo que llamamos “pueblos madrina”, repoblando ciudades y poblaciones donde se les ofrece trabajo y alojamiento gratuito por unos meses hasta que estas familias sean autónomas.

En paralelo a la situación de las embarazas durante la pandemia se ha dado una situación de riesgo alimentario. Como consecuencia, tras el coronavirus las colas del hambre siguen alargándose. Según datos de Fundación Madrina, más de 7 toneladas de alimentos salen diariamente del Banco del Bebe de la Fundación, habiéndose distribuido igualmente cerca de 1 millón de menús de diferentes cocinas y que han sido repartidos por toda la Comunidad de Madrid, en colaboración con los servicios sociales. Para conseguirlo ha sido decisivo los más de 400 voluntarios de la Fundación que han actuado en todos los puntos de distribución de comida y en los centros de servicios sociales.

Actualmente, Fundación Madrina sigue repartiendo 400 bolsas de comidas diarias a familias vulnerables y 1.800 menús diarios. La situación actual -destaca la Fundación- es preocupante porque estas familias aumentan y los Bancos de Alimentos ya han agotado sus reservas de comida, por ello la Fundación está acudiendo a proveedores en origen para conseguir abastecer a miles de familias diarias, especialmente cuando en verano cierran todos los comedores sociales y muchas entidades benéficas principales, quedándose la Fundación como centro importante de reparto en Madrid.