'Fully loaded', el guarismo de moda para medir los recursos propios de un banco que -no me pregunten por qué- mide la capitalización presente y también el futuro, en el sentido de ponderar la adaptación a ese futuro. En definitiva, el 'fully loaded' ('full love', como dicen los cachondos del sector) trata de medir, con criterios homologados, a qué imprevisto podía hacer frente un banco. Y ya saben que los imprevistos son siempre negativos.

Pues bien, a 30 de junio, según el cuadro de la imagen de mayor a menor, entre los bancos españoles cotizados, el que peor 'fully loaded' presenta es el líder, el Santander, con un 11,03%, porcentaje en el que lleva estancado desde 2018. Bien es cierto, seamos justos, que el Santander es un monstruo y cualquier enajenación podría ayudarle a solventar el problema. Ahora bien, como también hemos informado, el Santander es un banco que no debe acudir a más ampliaciones de capital, pues lleva ya mucho tiempo siendo muy duro con el accionista. Eso sí, lo que sí puede hacer es enajenar activos; lo que, sin duda, le haría mejorar en la clasificación.

Sin embargo, la rentabilidad de los bancos españoles es superior a la de la banca europea

BBVA anda por el 11,52% y Caixabank en el 11,60%. Mejor Bankia (12,91%), el banco cotizado más capitalizado de España, pero claro, en esto de los recursos propios lo de Bankia no tienen mucho valor: se lo hemos proporcionado entre todos.

El Sabadell andaba en el 11,20%, aunque tras las últimas enajenaciones, posteriores al 30 de junio, ya ha comunicado que ha ascendido hasta el 11,40%

Bankinter anda por el 11,50%, mientras los dos cotizados más pequeños van de campeones: Liberbank con un 12,80 % y Unicaja, con un 13,21%. El caso de Liberbank es significativo por cuanto no es precisamente el más rentable del sector y sin embargo, ahí los tienen: presumiendo de solvencia. 

Ante la pregunta: ¿un banco grande es un buen banco? La respuesta es no. Ni tan siquiera en tiempos de tipos-cero

Y esto nos lleva a la cuestión nuclear. Al final, resulta que la capitalización no se la cree nadie. Bueno sí, el BCE, que sigue la moda llegada de América tras la crisis de 2007 y que puede resumirse así: un buen banco es un banco grande. 

Ni de broma, claro está, ni tan siquiera en tiempos de tipos negativos. Un buen banco no es aquel que tiene mucho capital, sino aquel que tiene poca morosidad. Pero, en cualquier caso, ¿de qué le sirve a un banco tener mucho capital si no tiene la rentabilidad necesaria como para remunerar ese capital?

Eso tendrán que contárselo a un tal Mario Draghi... y no creo que sirva de mucho.