Las fuerzas de seguridad francesas han matado este jueves en un barrio cercano al centro de Estrasburgo a Chériff Chekatt, el hombre que abrió fuego este martes en las inmediaciones del mercadillo navideño de la ciudad francesa al grito de 'Alá es grande' y que, según la agencia Amaq, vinculada al Estado islámico, era un "soldado" del grupo yihadista, recogió RTVE.

El mensaje, difundido a través de redes sociales y cuya autenticidad no ha podido ser verificada, afirmó que el atentado es una "respuesta" a los llamamientos del grupo terrorista a atacar a "ciudadanos de los países de la coalición", en alusión a la alianza liderada por EEUU que combate contra el EI en Siria.

Y eso que Francia ha endurecido los controles de entrada de inmigrantes a su territorio tras los ataques yihadistas de noviembre de 2015 en París. Para ello, se amparó en un artículo del tratado que le permite realizar controles fronterizos por razones de “seguridad nacional”. Francia reinstauró en 2015, tras el atentado de la sala Bataclán en París, controles aleatorios fronterizos que, en vez de capturar yihadistas, sirven para interceptar a inmigrantes irregulares a los que devuelve a España, recogió El País.

Estos controles no han servido de mucho en la lucha contra el terrorismo, pero sí contra la inmigración irregular

España y Francia forman parte del espacio Schengen por lo que, en teoría, no hay frontera entre los dos países. Sin embargo, Francia ha devuelto a España a 9.038 inmigrantes irregulares entre enero y octubre de este año; es decir, más de un millar al mes, un 26% más que el año pasado, según datos de la policía francesa de fronteras (PAF).

Los datos de la PAF confirman que la devolución de inmigrantes (“no admisiones”, en su terminología) se concentra en el departamento de Pirineos Atlánticos, fronterizo con Irún, de donde han sido expulsados 5.609 en los nueve primeros meses del año, un 59% más que en 2017. Por el contrario, no hay devoluciones desde el Alto Garona y se han reducido en un 6% (hasta 3.436) desde el departamento de Pirineos Orientales, por La Junquera.

Estos controles no han servido de mucho en la lucha contra el terrorismo, pero sí contra la inmigración irregular. Para expulsar a los inmigrantes, Francia se sirve de un acuerdo bilateral de 2002 que le permite devolver, en las cuatro horas siguientes al paso de la frontera, a las personas procedentes de España que entran en su territorio sin la documentación necesaria. El acuerdo prevé una serie de trámites, como que los inmigrantes sean entregados a la policía española o que se formalice por escrito su devolución.