El Gobierno de Francia ha anunciado que prohibirá la destrucción de los productos que las empresas no vendan para evitar el derroche de materiales y de energía. Una medida, que entrará en vigor en un plazo de cuatro años, y que está incluida dentro del proyecto de ley para una economía circular que el Ejecutivo galo va a presentar este mes de julio. Casi 800 millones de euros desperdician las empresas en Francia en ropa, productos de higiene, cosméticos y electrodomésticos que no venden, explica RTVE.

El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció que la normativa prohibirá desde 2023 el "despilfarro escandaloso" que implica la destrucción de los productos que no se venden. La medida busca que los millones de productos no alimentarios  -como ropa, productos higiénicos, cosméticos y electrodomésticos, entre otros-  no se desperdicien, añade ADN Radio.

Casi 800 millones de euros desperdician las empresas en Francia en ropa, productos de higiene, cosméticos y electrodomésticos que no venden

Philippe aseveró que esta situación "es un despilfarro que choca, que desafía la comprensión". El gobierno prevé que la norma sea presentada ante el consejo de ministros en julio, aunque no tiene fecha para llegar a la asamblea nacional. La planificación busca que se aplique progresivamente desde fines de 2021 en los productos que cuenten con planta de recolección y reciclaje.   

El primer ministro francés destacó que "podemos encontrar un modelo económico viable y que todo lo que no sea vendido no se elimine, sino que sea donado para favorecer la economía social y solidaria, o transformado en piezas de recambio para recomponer otros objetos y alargar su vida (...) el reciclaje, la economía circular, son elementos absolutamente indispensables para la protección del medio ambiente”.

Las empresas deberán donar los productos no vendidos a asociaciones, reutilizarlos o reciclarlos. Si no lo hacen recibirán una sanción. La destrucción de productos es una práctica habitual entre los grandes distribuidores y las marcas de lujo. La Agencia France Presse informa que se adaptaría la normativa al sector del lujo, ante el temor de un mercado paralelo de imitaciones. Los productos nuevos que no sean vendidos deberán ser reciclados y no destruidos, ni llevados a los vertederos.

La medida tiene lógica, pero las cifras tampoco resultan tan escandalosas.