Cepsa saldrá finalmente a bolsa, ha confirmado este lunes, en el peor de todos los escenarios posibles que había barajado su único accionista, Mubadala, el fondo soberano emiratí. No ha encontrado fondos de inversión para hacer caja mediante ventas parciales y se resigna al mínimo que exige la CNMV: la colocación del 25% en el último trimestre del año.

Ha fracasado, por tanto, en el intento inicial de paquetización y se consuela con un porcentaje mínimo (lejos del 35%-40%), que no tiene ni prima de control, lo que constata que venderá también la parte baja, más cerca de los 10.000 que de los 14.000 millones. Hay, además, un tramo para los empleados, que representa en torno al 0,20% de las acciones.

El precio de Cepsa dependerá del mercado, tras dos años de preparación sin socios compradores

La prueba del algodón, en fin, reside en el poco interés que ha despertado la oferta. Primero, entre los fondos institucionales y puede pasar además como le han hecho saber los bancos, también en la colocación al menudeo. Y esto al margen de que sea -lo será- “un hito importante” en la historia de Cepsa, en palabras del consejero delegado, Pedro Miró (en la imagen), convertida “en una compañía energética global”. De igual modo, con todo, será una de las grandes colocaciones por volumen, en torno a 2.500 millones. Además, hay un tramo para los empleados, que representa en torno al 0,20% de las acciones.

Actuarán como agentes coordinadores globales de la colocación los bancos Santander, Citigroup, Merrill Lynch y Morgan Stanley, mientras que Barclays, BNP Paribas, First Abu Dhabi Bank, Société Générale y UBS, como agentes colocadores adicionales y BBVA y CaixaBank BPI, como codirectores de la oferta. Rothschild sigue como asesor financiero exclusivo.

Entre el propósito inicial de Mubadala, para el que ha preparado Cepsa los dos últimos años, y el desenlace hay una gran distancia. Desde el intento de vender primero a Repsol, la búsqueda posterior de socios firmes y el 25% como última opción, que ha acelerado porque no le interesa España, y a un precio que dependerá del mercado, tras la ausencia de compradores; un fracaso.