• Fomento de Construcciones, al compás que marca el empresario mexicano, se adjudica otra línea del metro de Panamá (1.648 millones).
  • La prioridad del grupo es consolidar los beneficios, apoyándose en los grandes proyectos internacionales.
  • En su estrategia está crecer en México, donde tropieza la filial de OHL: el regulador financiero ya ha visitado sus instalaciones.
  • Villar Mir pone en marcha toda la 'artillería' para mejorar su imagen.

Carlos Slim quiere convertir FCC en su brazo armado para la construcción en todo el mundo. Dimos cuenta de ello, el miércoles 13, con motivo de la presentación de resultados del grupo constructor y de infraestructuras. Pues bien, un paso en esa dirección es la construcción de la línea 2 del metro de Panamá, cuyo importe asciende a 1.658 millones de euros. El grupo que preside Esther Alcocer Koplowitz se ha adjudicado el contrato en consorcio con la brasileña Odebrecht. Una de las claves de la vuelta a beneficios de FCC es precisamente la actividad en el exterior, que ha crecido un 10% en el primer trimestre con una aportación del 46% de la cifra de negocios. Ha sido un beneficio discreto, de 6,2 millones, pero beneficio al fin y al cabo y el primero después de tres años de sufrimientos, saneamiento y ajustes. Ese logro ha coincidido, además, con los cambios en la composición accionarial del grupo, desde la entrada del empresario Carlos Slim (25,64% del capital), accionista de referencia junto a Esther Koplowitz (22,4%). FCC da un paso más en Panamá, donde ya construyó la línea 1 del metro que ya está en servicio, pero la idea de Slim es ir más, no sólo en esa región, para pujar por grandes obras de infraestructuras internacionales. La nueva obra en la capital panameña incluye 21 kilómetros de vía y 16 estaciones, el suministro de los trenes y su puesta en servicio. Con el mismo cometido, está también en Riad, Doha, Lima y Toronto. Y a Carlos Slim no se le escapa México, su propio país, donde ha declarado la guerra a OHL. Se lo contábamos el mismo miércoles, 13: el empresario mexicano no olvida todavía que, para muchos, la única fusión admisible en el sector constructor español era la de FCC con el grupo de Villar Mir. México es, efecto, uno de los frentes problemáticos del presidente de OHL, que culpa a Slim en el reciente escándalo en ese país centroamericano. Para neutralizar ese presunto caso de corrupción, Villar Mir ha dado también varios pasos, como encargar una auditoría, aceptar la dimisión voluntaria de Pablo Wallentin como directivo de la compañía -aparecía en las grabaciones que afectan al contrato del Viaducto Bicentenario- o, sobre todo, insistir en que sus negocios en México se ajustan "estrictamente a la legalidad". Ha contratado, además los servicios de Estudio de Comunicación para mejorar su imagen. El proceso que ha salpicado a OHL México, mientras tanto, sigue su curso. El regulador del sistema financiero mexicano visitó este jueves las oficinas de la constructora. A través de un comunicado, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) enmarca esa visita en la verificación de que la empresa cumple con las leyes del mercado local. Además, el presidente de la CNBV, Jaime González, señaló que en una entrevista, respecto a las grabaciones telefónicas con el epicentro en el Viaducto Bicentenario, que "para nosotros las llamadas son totalmente irrelevantes, hasta que no encontremos algo en la visita". Rafael Esparza