• Agustín García Gila ya negocia abiertamente su salida de FCC Medio Ambiente, la división clave.
  • Al fondo, la pelea por el margen en las operaciones internacionales.
  • Los ejecutivos españoles se quejan: sólo se toman decisiones "cuando viene Slim, una vez al mes".
  • La cuenta de resultados continúa estancada aunque el equipo de Jarque insiste en que se está desinvirtiendo en negocios sin margen.
  • En materia de negocio, la entrada del grupo Slim no ha significado muchos cambios. Eso sí, ha saneado financieramente FCC. Eso nadie lo puede negar.
  • Y es que el esquema de negocio sigue siendo el mismo: lo que importa es España (55% de ingresos), FCC Medio Ambiente y Aqualia.
En FCC, las aguas no están en calma y su principal accionista, el mexicano Carlos Slim (en la imagen) se podría a enfrentar a una rebelión del management español histórico de la compañía. Muchos ya se han ido pero quedan otros, como Agustín García Gila, presidente de FCC Medio Ambiente desde el 8 de octubre de 2013, que ya discute abiertamente (con abogado de por medio) su salida. Al fondo de esta marejadilla está la pelea por el margen en operaciones internacionales, que es más bien mínimo. Además, los ejecutivos españoles también se quejan de que sólo se toman decisiones "cuando viene Slim, una vez al mes", según ha señalado a Hispanidad un directivo del grupo. Paralelamente, se ha conocido la cuenta de resultados del primer semestre, que continúa estancada, a pesar de que el equipo que dirige Carlos Jarque insiste en que se está desinvirtiendo de negocios sin margen. En concreto, el resultado neto ha sido de 56,5 millones de euros, lo que supone un 3,1% más que hace un año. Además, los ingresos han descendido un 3,4%, hasta los 2.789 millones por la exclusión de Giant -negocio de cemento en EEUU- que se vendió a la cementera Elementia -propiedad de Carlos Slim y de Antonio del Valle- y por la depreciación de la libra esterlina tras el Brexit. En materia de negocio, la entrada del grupo Slim no ha significado muchos cambios. Eso sí, ha saneado financieramente FCC. Y es que el esquema de negocio sigue siendo el mismo: lo que importa es España (representa el 55% de ingresos), así como las áreas de FCC Medio Ambiente (51,8%) y Agua (o sea, Aqualia, que supone el 29,3%). Claro que Slim no está dispuesto a poner más dinero tras la emisión de bonos a través de Aqualia, cuyo apalancamiento ha dificultado una posible venta de una de las joyas de la corona a Agbar. Y no hay que olvidar que FCC no repartirá dividendo hasta que no rebaje más su endeudamiento (ahora la deuda financiera neta ha cerrado el primer semestre en 3.913 millones (-11%). Es más, Slim tampoco lo promete para 2018. Primero se saneó financieramente el Grupo pero a Slim no le basta: quiere reducir el apalancamiento. Cristina Martín cristina@hispanidad.com