• Ahora, ya han surgido dos discrepancias entre ambos socios.
  • Slim quiere nombrar al Ceo y hacerse con Realia. Con el mínimo coste, por cierto.
  • Esther Koplowitz le recuerda que el sustituto de Juan Béjar debe nombrarse de mutuo acuerdo entre los dos accionistas, vía cazatalentos.
  • Realia oscila entre tres fondos buitre, el buitre-especulador, George Soros y Carlos Slim, el hombre que quiere controlar todo FCC sin poner más dinero.
  • Y a la segunda accionista de FCC le preocupan los minoritarios de Realia (35%).
Fue Sandra García San Juan (en la imagen), la organizadora de la gala Starlite, quien presentó a Carlos Slim, que suele acudir a la convocatoria y a Esther Koplowitz, es decir, a los que luego serían primer y segundo accionistas de FCC. Es más, entre Carlos Slim y George Soros, Esther Koplowitz eligió a Slim como socio. El problema es que el mexicano, el segundo hombre más rico del mundo, no está acostumbrado a compartir poder. Y lo cierto es que posee un 28% frente al 24% de su socia. La diferencia no es tanta. Las relaciones son buenas pero eso no quita que hayan surgido dos discrepancias. La primera es el nombramiento del sucesor de Juan Béjar. Ojo, no ha habido discrepancia alguna, como se ha publicado en algunos medios, sobre la conveniencia o no de que saliera Juan Béjar, noticia adelantada por Hispanidad. No nos engañemos, el Ceo de FCC nunca se entendió con la presidenta del Grupo, Esther Alcocer, y tampoco con Carlos Slim, hombre acostumbrado a mandar sin consultar. Ahí no ha habido discrepancia, sino unanimidad entre los dos grandes socios sobre la necesidad de que Béjar abandonara. La discrepancia ha llegado a la hora de nombrar al sustituto de Béjar. Slim quiere nombrarlo él y que provenga de su equipo mexicano. El otro socio, Esther Koplowitz, le recuerda que debe nombrarse de mutuo acuerdo entre quien posee un 28% y quien posee un 24% del capital. Y si es posible, de forma profesional, vía cazatalentos. La otra discrepancia viene con Realia, que se encuentra en su fase final. Por otras parte, hay tres fondos buitre, que practican el 'loan to own' (prestar para adquirir): es decir, que ni tan siquiera compraron acciones de Realia para luego buscar una plusvalía rápida: compraron deuda y la convirtieron en acciones, que aún sale más barato. Luego llegó la opa miserable de George Soros -que no es un fondo buitre sino un buitre con fondos- quien se aseguró comprar Realia por cuatro perras y, en el caso de que los fondos dieran marcha atrás, una indemnización de 80 millones de euros, más de la mitad de su valoración de la compañía. Slim no es un buitre pero hizo una oferta mejor que al de Soros pero aún por debajo del precio de mercado. No sólo eso, si supera el 30% del capital, el mexicano asegura que no está obligado a lanzar una opa sobre el 100 por 100, ateniéndose a no sé qué artículo legal que han encontrado sus abogados. En resumen, mejor comportamiento que el los fondos de Goldman Sachs, Fortress y King Street, mejor comportamiento que el del buitre-fondo Soros pero igualmente deja malparados a los pequeños accionistas de Realia, al grito de "para qué lanzar una opa sobre el 100 por 100 del capital si ya controlo la matriz". Y eso a Esther Koplowitz no le gusta. Eulogio López eulogio@hispanidad.com