Parece que el Gran Hermano del que hablaba el escritor George Orwell en la obra 1984 se queda pequeño, porque ahora los ciudadanos están archiespiados y pese a hablar con vehemencia de su derecho a la privacidad, las palabras se las lleva el viento porque en la práctica llevan en el bolsillo al mayor espía de todos: su propio móvil. Facebook es un buen ejemplo de esto y se ha convertido en un Gran Hermano global sin límites, que no sólo espía datos, también fotos.

Se trata de la red social más grande del mundo, que nació hace más de 15 años como una comunidad para los estudiantes de la Universidad de Harvard y después se abrió a otros centros universitarios, pero pronto decidió salir de ese entorno y abarcar mucho más. Hoy cuenta con más de 2.000 millones de usuarios y bajo la batuta de Mark Zuckerberg se hizo con la aplicación de mensajería WhatsApp y de la red social Instagram, que compró por 1.000 y 21.800 millones de dólares respectivamente. Cifras que ya daban una pista de lo que había en juego.

Facebook afronta una multa histórica por cesión ilegal de datos y ahora se desvela que añade un código de seguimiento a las fotografías para rastrearlas 

Hace unos días, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de EEUU le ha impuesto a Facebook una histórica multa de 5.000 millones de dólares por la cesión ilegal de datos de sus usuarios. Así, se ha dado carpetazo al escándalo de Cambridge Analytica y la filtración de más de 87 millones de usuarios.

Sin embargo, esta cifra representa apenas una gota en comparación con los más de 56.000 millones de dólares de ingresos que obtuvo en 2018. Y parece que a la red social le importa poco, pues se acaba de desvelar que no sólo espía datos, también fotos: según informa Xataka, un investigador australiano llamado Edin Jusupovic ha descubierto que Facebook añade un código de seguimiento a las fotografías para poder rastrearlas también fuera de la red social cuando estas se descargan. Todo esto se conoce justo después de que se desvelaran las grabaciones que hace los asistentes de voz de otros gigantes de Internet, como Amazon, Google y Apple. Lo dicho, Orwell era un ingenuo.