Éxito de las auto-manifas de Vox, celebradas durante la mañana del sábado 23 en Madrid, Barcelona o Sevilla. La derecha recupera el concepto de libertad, que históricamente se había apropiado la izquierda, perdida ahora en sus derechos sociales. O sea, en las subvenciones públicas o cómo vivir del cuento o del bolsillo de los demás.

Pero el confinamiento de Sánchez e Iglesias ha dejado tan claro su espíritu liberticida que la derecha ha estallado y ahora grita ‘libertad’… además de pedir la dimisión del Gobierno, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, naturalmente.

A pesar de los intentos de RTVE por simularlo, no hubo ni el menor asomo de violencia ‘fascista’

Por otra parte, las tretas del poder para hacer fracasara la convocatoria, por ejemplo, las del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, el socialista José Manuel Franco Pardo, para enjaular a los automóviles en una zona reducida, se volvieron contra sus ejecutores: Vox colapsó Madrid. Lógico, los coches que querían incorporarse al circuito marcado por Franco no cabían en él… y colapsaron todos los accesos de forma absolutamente legal. Y en otras ciudades como Barcelona, Sevilla o Valencia… también.

La derecha recuperó el término libertad cuando a la izquierda progre le dio por los derechos sociales, es decir, por la subvenciones pública, el dinero de los demás

Triunfaron a pesar de los intentos de RTVE por simularlo, con un cronista que Rosa María Mateo ha asignado a Vox con especial cariño, no hubo ni el menor asomo de violencia ‘fascista’. Aquello no daba la impresión de radicalidad, ni de ultra-nada. Aquellos señores no daban miedo y aunque el precitado cronista de la tele pública se empeñaba en resaltar que el pérfido Santiago Abascal se había subido a un autobús descapotable (¿Dónde si no, en una manifestación de coches?) o que los manifestantes utilizaban la bandera de España (¡!).

Vox autobús

Por tanto, lo que hay que concluir es que la derecha española ha recuperado el término libertad. Todo porque a la izquierda progre le dio por los derechos, es decir, por vivir de las subvenciones públicas, del dinero ajeno y, de paso, en Galapagar.

El triunfo de las auto-manifas de Vox revela una España que subsiste frente al pensamiento único… progre, frente al imperio de lo políticamente correcto

Por otra parte, el triunfo de las auto-manifas de Vox revela una España que subsiste, frente al pensamiento único… progresista. Es decir, frente al imperio de lo políticamente correcto.

Ahora hay que ver si, en Vox, los “carca” se imponen a los “fachas”. Sería de desear

Ahora hay que ver si, en Vox, los “carca” se imponen a los “fachas”… sería de desear. Empleo el lenguaje progre de forma consciente. En otras palabras, lo que quiero decir es que Vox es el único partido no progresista del hemiciclo. Vox no es partido ultra sino un partido católico. Y eso es la clave, que lo siga siendo. En España es verdad que el catolicismo ha estado unido a la derecha. Y esto no es culpa ni del catolicismo ni de la derecha, sino de una izquierda que sigue siendo progre y, por tanto, sectaria.