• Menos mal que cuando se hizo con la entidad en 2013, se comprometió a mantener el empleo y la red de oficinas.
  • Ahora quiere cerrar 26 sucursales, el 37% de su red, y echar a unos 200 empleados, el 33% de su plantilla.
  • El argumento: el 80% de los clientes no acude a las oficinas porque opera por internet o por teléfono.
El fondo Apollo, uno de los más especulativos del mundo, tiene prisa. Cuando en 2013 el Frob le proclamó ganador de la subasta en detrimento de algunos bancos españoles que también presentaron oferta, el fondo se comprometió a permanecer en la entidad, al menos, durante cinco años y aseguró que mantendría el empleo y la red de sucursales del grupo. Pero las palabras se las lleva el viento y si son de un fondo buitre, basta con una leve brisa. Tal y como adelantó Hispanidad, en diciembre de 2014, menos de un año después de lograr la autorización de su compra –febrero de 2014- Apollo planteó el primer expediente de regulación de empleo, que finalmente afectó a 132 empleados del grupo, el 12% de la plantilla, de los que 42 pertenecían al banco. Los demás afectados fueron 85 trabajadores de Avancard y 5 de Fracciona. Siete meses después, en julio de este año, el fondo creado y presidido por Leon Black (en la imagen) volvió a dar otra vuelta de tuerca a la plantilla y puso en marcha otro ERE que acabó con mayoría de los empleados (126) de Avancard en la calle. Y ahora, sólo tres meses después, Apollo ha propuesto a los sindicatos cerrar 26 oficinas –el 37% de su red- y echar a otros 200 empleados, el 33,3% de la plantilla. El objetivo, volver a los beneficios en 2016. El año pasado la entidad registró 78 millones de euros de pérdidas. La entidad argumenta que el 80% de sus clientes no acude a las sucursales porque opera por internet o por teléfono y el 40% sólo lo hace por internet. En cualquier caso, ya quedan menos de tres años para que venza el compromiso de permanencia de Apollo. Aunque a este ritmo de EREs tal vez desaparezca antes  la propia entidad. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com