Euskaltel ha anunciado este martes la ampliación del acuerdo que firmó con Orange en diciembre y que le permite ofrecer servicios convergentes, de fijo y móvil, a unos 18 millones de hogares. Recuerden: a finales de 2019, Euskaltel mejoró y amplió el acuerdo que ya mantenía con Orange y que le permitía llegar, incluida su propia fibra, a 13,5 millones de hogares.

Con la firma de este martes, Euskaltel podrá acceder, como mínimo, a 1,8 millones de hogares a los que llegarán los nuevos despliegues de fibra de Orange, y que concluirán antes de que termine 2023.

El CEO de Euskaltel, José Miguel García, también ha buscado acuerdos al margen de Orange, y a principios de julio de este año, Euskaltel amplió su terreno de juego gracias al acuerdo firmado con Telefónica y que le permite utilizar su fibra óptica (NEBA FTTH) durante los próximos cinco años, “en zonas exentas de la regulación mayorista de fibra óptica”, señaló la compañía en un comunicado.

Los acuerdos mayoristas son armas de doble filo: por un lado, aseguran unos ingresos que, en ocasiones, pueden incluso salvar la cuenta de resultados, pero, por otro, supone hacerle el juego a la competencia, capaz de lanzar ofertas más agresivas al no tener que desplegar ni mantener una red propia.

Lo curioso es que son, precisamente, Movistar y Orange las dos compañías que más han sufrido la huida de clientes hacia Euskaltel, durante los seis primeros meses del año. Movistar le ‘donó’ 5.100 clientes de móvil y Orange, 13.600, también de móvil, según datos de los propios operadores.

Y eso, antes de la ofensiva comercial de Virgin.