• El BCE comprará deuda pública a ritmo de 60.000 millones al mes hasta 2016.
  • Es decir, más liquidez, más financismo, mayor endeudamiento de los políticos.
  • Una mala noticia que provocará alivio en algunos países y que nos lleva camino de otra superabundancia de liquidez.
  • Es decir, riesgo de una nueva crisis económica mundial por ahogamiento.
  • Pero, en el entretanto, seamos felices: el Ibex se dispara y la prima de riesgo cae por debajo de los 95 puntos básicos. Eso sí, el global de la deuda española sigue al alza.
  • Occidente ha creado una economía financista para rentistas. El damnificado es la economía real.

Si hay un político español que entiende los mercados financieros -aunque resulte demasiado proclive a los mismos por razón de oficio- ese es el ministro de Economía, Luis de Guindos. Por eso, ante la borrachera financista provocada por las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) este jueves 22 de enero, Guindos se ha apresurado a advertir que las medidas adoptadas en Fráncfort para los 19 países del euro son positivas pero no constituyen la panacea. Un aviso de que seguirán los ajustes en España y de que no hay que lanzar las campanas al vuelo por una evidencia siempre ignorada: el dinero es un medio, no un fin. Y comprar deuda pública significa, como tantas otras medidas monetaristas, aumentar el dinero en circulación, aumentar el caudal de ese océano de liquidez en el que vive el mundo desde hace cincuenta años y que llevó al mundo la mayor crisis de la historia: la crisis financista, la que comenzó en 2007 y que no ha acabado ni acabará. Es más, con medidas como las actuales se acentuará.

Eso sí, a corto plazo, producir dinero aliviará las economías nacionales (mucho más que las economías familiares de esas economías nacionales), provocará alzas bursátiles y relajará la siempre relajada clase política que aprovechará para endeudarse… todavía más. Pero claro, si en Norteamérica ha funcionado, ¿por qué no había de funcionar en Europa? En primer lugar, es discutible que la economía estadounidense haya mejorado gracias a la emisión de dinero.

Los hechos son sencillos: Mario Draghi (en la imagen), el hombre del mes ha decidido mantener los tipos de interés en el 0,05% y, sobre todo, anuncia que el BCE comprará deuda pública de los países miembros y de agencias por valor de 60.000 millones de euros mensuales.

Conclusión: la fría Europa, la de la ortodoxia monetaria, al menos por comparación, se nos americaniza: repite como un loro las medidas de la Reserva Federal: si hay crisis financiera dale más dinero a los financieros.

Lo aprobado el jueves por Mario Draghi y el Consejo del BCE es ahondar en una política económica hecha para rentistas, no para productores, sean estos profesionales, empresarios o asalariados. En una primera instancia, las bolsas se disparan (el Ibex se ha disparado) y la prima de riesgo española se situó por debajo del 0,95, marca histórica. Ahora bien, también el jueves la deuda pública española escalaba hasta el 96,8%. Sí, emitimos más barato, pero cada vez debemos más. Pues lo mismo ocurrirá en el conjunto de Europa.

Pero que la borrachera dure. Menudo 'chandrío' les estamos forjando a nuestros hijos. En cualquier caso, por ahora brindemos todos por la nueva borrachera de liquidez.

Occidente ha creado una economía financista para rentistas. El damnificado es la economía real. Es decir, todos ustedes.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com