La entusiasta apuesta por las energías renovables de la nueva ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha notado en las cotizaciones en bolsa de las empresas del sector, que se ajustan, con subidas, a los nuevos tiempos. Paradójicamente, sólo la energía fotovoltaica es plenamente rentable, mientras otras, como la termosolar, necesitan ayudas para ser una alternativa por eficiencia. Y esas ayudas -léase, primas-, tras el fiasco que dejaron en el déficit de tarifa, no son lo que se dice de grato recuerdo.

En paralelo, las renovables están en mejores condiciones para competir en el mercado de generación eléctrica, como han demostrado las últimas subastas, sin primas, de la etapa Nadal. Hay ejemplos, como el de Forestalia, que ha pasado de ser un desconocido en el sector a un emergente en toda regla. Los costes se han reducido sustancialmente y eso aumenta la rentabilidad.

La fotovoltaica es plenamente rentable, a diferencia del resto, en mejores condiciones para competir sin primas

Las consecuencias están en las expectativas, que cotizan al alza en bolsa, como se ve con la referencia de un mes (en la imagen). Dan una pista de esas subidas de empresas como Solaria, que avanza un 35% desde principios de mes (de 4,2 a 5,7 euros por acción) o Audax Renovables (antigua Fersa), un 44% (de 2,10 a 3,16 euros por título). Con subidas menores pero importantes están también Acciona, un 9% (de 64,64 a 71,64) o Iberdrola, el líder eólico, que cotiza un 7% por encima (de 6,07 a 6,53).

A ese frenesí se ha sumado también la ingeniería Abengoa, más pendiente de cuestiones internas, pero que vivió ayer una insólita jornada bursátil, a unos días de la Junta de Accionistas, con ningún cambio a la vista. Las acciones A de la andaluza se dispararon un 32%, hasta 0,032 euros, pero con la corrección, este martes, es de apenas un 3%; o sea, muy poco. No ha llegado ningún efluvio, sin embargo, a Saeta Yield, en los mismos niveles que hace un mes.

España cumple mejor que la media europea en la cuota de renovables, y el Gobierno quiere más: el 35%, no el 30%

Teresa Ribera aprovechó su presencia, este lunes, en el Consejo de Energía de la UE, para dejar claro el cambio de posición energética del nuevo Gobierno. “España deja de ser un lastre”, señaló en un estudiado juego retórico y semántico. No obstante, a renglón seguido concretó su meta para elevar al 35% la cuota de energía de renovables en 2030, frente al 27% fijado por los Veintiocho en diciembre del año pasado. Dos meses antes, en octubre, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento europeo había pedido elevarla al 35%, y en esa petición se alinea Ribera.

Queda por aclarar, no obstante, el recorte de primas a las instalaciones renovables que fueron construidas en el periodo regulatorio anterior y que serán revisadas para un nuevo periodo a partir de 2019.

España no ha alcanzado todavía el 30%, aunque es previsible que llegue con creces en la fecha prevista. De hecho, los últimos datos sitúan a España por encima de la media europea (17%). En concreto, como el segundo país con mayor aumento en producción renovable, según los últimos datos de Eurostat, de 2016, con una cuota del 17,3% y un incremento del 1,1 respecto a 2015. Sólo le superó Dinamarca (+1,2%).