Religión en Libertad recoge un informe realizado por la Fundación ANAR sobre el abuso sexual a menores de edad en España entre enero de 2008 y mayo de 2019.

La Fundación ANAR es un referente en España en atención a menores en situación de riesgo y para realizar su estudio se ha basado en los 6.183 casos que ha atendido en este periodo de tiempo.

Según el estudio de ANAR, “alrededor de la mitad de los abusos sexuales a menores de edad son cometidos por un familiar (49,2%, incluyendo padres y madres, padrastros y madrastras, abuelos/as, tíos, primos, hermanos y hermanastros y otros familiares), y el resto se reparte entre adultos sin relación e internautas (9,9%), compañeros y amigos (14,4%), adultos del entorno de confianza (9,2%, incluyendo amigos de la familia, profesores y monitores de actividades extraescolares, vecinos y sacerdotes) y novios y exparejas (8%)”.

En medios de comunicación, tertulias y también en la creencia popular se ha puesto el énfasis en muchas ocasiones sobre los abusos sexuales perpetrados por miembros de la Iglesia, algo evidentemente gravísimo y que la Iglesia se ha tomado especialmente en serio. Pero la realidad es que en la última década, según el estudio de esta organización independiente, la participación de los religiosos en este tipo de actos delictivos es residual, destaca Religión en Libertad.

Y es que, del total de abusos a menores, los sacerdotes aparecen como responsables en el 0,2% de los casos mientras que el entorno familiar es sin duda el lugar más habitual donde se ataca a estos menores.

En cualquier caso, no está de más subrayar que el abuso sexual cometido por un sacerdote es especialmente grave por cuanto atenta directamente al núcleo del mensaje de la Iglesia fundada por Jesucristo, que es el amor incondicional al prójimo, especialmente a los más débiles y vulnerables. Y recordemos las palabras del mismo Cristo en el Evangelio: “Al que escandalice a uno de estos pequeños, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar" (Mt, 18, 6).