Moncloa quiere avanzar en la destrucción del Valle de los Caídos y, también, aprovechar el ataque a Cuelgamuros para reescribir la historia de España, porque la historia real no les gusta mucho.

No olviden que la ley de Memoria Democrática aún no está aprobada. La mentira que inscribe como verdad es tan gorda que exige ser precedida por una monstruosa campaña de propaganda.

La Sexta, tarde del pasado domingo 28, pasará a la historia. Reportaje teledirigido sobre el Valle de los Caídos con todos los tópicos al uso. Recordemos que la toma del Valle de los Caídos se ha convertido en un estafa socialista de tales dimensiones que sólo está siendo posible gracias a la abstención y omisión de los obispos españoles.

Ahora entramos en la segunda etapa de la estafa: expulsar al Santísimo y destruir la cruz. Desde el Gobierno, Carmen Calvo, aseguró que sólo se trataba de exhumar al dictador y su entonces ministra portavoz, Isabel Celaá, negó las otras etapas del evento: la desacralizacion, la salida de los monjes benedictinos y la destrucción de la cruz más grande del mundo, a ser posible quitándole los brazos y convirtiéndola en un signo masónico.

Para ello, además, se ha mentido una y otra vez sobre la construcción y el objetivo de Cuelgamuros: no hubo trabajos forzados, sino redención de penas, no hubo odio, sino todo lo contrario: que los que habían batallado en vida compartieran sepulcro una vez muertos.

Lo del cadáver de Franco sólo fue una excusa política para expulsar al Santísimo, a los benedictinos… y, finalmente, destruir la cruz. Estamos en la segunda etapa.

Genial programa de La Sexta; hay que desacralizar el Valle porque la religión católica es “parcial” en España. ¡Y olé!

Y entonces una tertuliana de La Sexta suelta la genialidad: hay que desacralizar el Valle porque la religión católica es “parcial” en España. Después de esta tontuna, nuestra protagonista se vio en la obligación de aclarar que no todos los españoles eran católicos. En efecto, se confiesan así el 60% de ellos, y ninguna otra confesión religiosa alcanza el 5%. Con la mitad de esos votos se gana la mayoría absoluta. De risa.

En cualquier caso, la polémica sobre Cuelgamuros enseña las vergüenzas de las asociaciones de Memoria histórica y la de Carmen Calvo: esos sí que odian. Ahora. llaman ‘okupas’ a los monjes que llevan allí décadas.