Por fin, un buen vídeo sobre la economía de la Iglesia católica. Corto, enjundioso y simpático. No se lo pierdan. Pero, sobre todo, un vídeo que echa por tierra las leyendas urbanas sobre la Iglesia que tantos están deseando que sean ciertas. 

No es el Estado quien financia a la Iglesia, es al revés. Y esto en enseñanza, en caridad -solidaridad, si lo prefieren-, en mantenimiento del patrimonio artístico, etc.

Por una vez, hay que felicitar a los obispos. Insisto: pasen y vean: