• El terror en la zona dominada por los yihadistas -la mitad de Siria y de Irak y avanzan en Libia- no deja de crecer.
  • Pero EEUU y Europa se limitan a intervenir con bombardeos aéreos -en Irak y en la vecina Siria- y con militares dedicados a "entrenar".
  • Muchos analistas y expertos creen que la política para combatir al Estado Islámico no está siendo fructífera y abogan por un cambio de enfoque, o sea, enviar tropas sobre el terreno.
  • Y los llamamientos de autoridades religiosas de la zona para que intervenga Occidente y pare los pies al Estado Islámico son cada vez más frecuentes y desesperados.
El 10 de junio de 2014 los iraquíes y el mundo entero eran testigos con asombro de la toma de Mosul, la segunda ciudad de Irak, por un grupo islamista del que la inmensa mayoría no había oído hablar hasta entonces: el autodenominado Estado Islámico (EI). Un año después, Mosul sigue en manos de los yihadistas de EI y la situación política y de seguridad en Irak no ha mejorado, es más, recientemente el grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi se hizo con el control de Ramadi, capital de Anbar, y la situación humanitaria se ha agravado hasta el punto que la ONU ha advertido recientemente de que el país podría estar "al borde del colapso". Es más: Estado Islámico ya domina la mitad de Siria y de Irak y avanza en Libia. Son muchos los analistas y expertos que creen que la política para combatir al Estado Islámico no está siendo fructífera y abogan por un cambio de enfoque. Sin embargo, tanto Estados Unidos como sus aliados, entre los que hay países occidentales y árabes, siguen siendo reacios al despliegue de tropas terrestres que combatan cuerpo a cuerpo y se decantan por entrenar y equipar a las fuerzas iraquíes. Por ejemplo, el ex de la CIA Bruce Riedel, ya habló claro: "Para derrotar al Estado Islámico serán necesarias tropas sobre el terreno" en Irak y Siria. Pero lo único que se le ha ocurrido a Obama (en la imagen) es anunciar el envío de 450 instructores militares más, que se sumarán a los 3.100 ya desplegados. Los nuevos uniformados asesorarán y entrenarán a miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes en una base cerca de Ramadi, la capital de provincia que el mes pasado cayó ante los yihadistas suníes. Así que Obama no contempla que los norteamericanos entren en combate. EEUU se limita a intervenir con bombardeos aéreos -en Irak y en la vecina Siria- y con militares sobre el terreno dedicados a "entrenar, aconsejar y ayudar" a las fuerzas iraquíes. El presidente de EEUU fía el desenlace de esta guerra a la capacidad del Gobierno de Bagdad para derrotar a los yihadistas en alianza con las tribus suníes y los kurdos, recoge El País. Pero, según Bruce Riedel, el ejército de Irak tiene poco interés en combatir: "El ejército iraquí está formado por árabes chiíes que están muy decididos a defender ciudades de mayoría chií -como Bagdad y otras-, pero no están interesados en ir a la ofensiva para luchar en ciudades suníes". Sin embargo, los llamamientos de autoridades religiosas de la zona para que intervenga Occidente y pare los pies al Estado Islámico son cada vez más frecuentes y desesperados. El último: los patriarcas griego-ortodoxos reunidos en Damasco que acusan a la comunidad internacional y a la ONU de "negligencia" a la hora de tratar "las heridas sangrantes" en Siria, Líbano, Irak, Egipto, Yemen, Libia y Palestina, según Zenit. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com