Oiga, esta estadística sí me la creo. Y eso lo dice alguien que se guía por el viejo aforismo: "el 95% de las estadísticas son mentira. Esta, también". Pero sí me creo que el 63% de las españolas hayan sufrido 'mobbing' maternal: es decir, que en sus empresas tuercen el morro si una trabajadora se queda embarazada.

Pero a la feministas esto no les preocupa mucho. Para ellas, la mujer esta marginada y perseguida por ser mujer. Otra "grossem chorradem', que se repite como si fuera el acabose de la moderación. La mujer no sufre discriminación, la madre sí, en especial, discriminación laboral. Ojo y se trata de la más dura de las discriminaciones, porque es una discriminación natural, no artificial. La edad maternal es, precisamente, la edad en la que el trabajador compite por instalarse y acreditar una experiencia. Ya saben, el viejo refrán: "quien a los cuarenta no es rico ese pájaro ya voló".

Pero las feministas no se preocupan de eso. Lógico: el feminismo odia la maternidad. Bueno, también odia la virginidad, pero por otros motivos

Ahora bien, como toda discriminación real, y encima natural, puede y debe reconocerse con una compensación artificial. En el caso de las madres, yo creo que lo más adecuado en el salario maternal. Porque no se trata, como alenta única, de una limosna: si algo necesita la sociedad es lo que sólo puede aportar una mujer, al menos como protagonista. Esto es: hijos, futuros contribuyentes, si lo quieren ver así. Por tanto, el salario maternal no es un acto de solidaridad, sino de justicia.

Y claro que la mujer trabajadora tiene miedo a quedarse embarazada. Y eso, se pongan como se pongan con la conciliación y otras fruslerías, solo se paga con una aportación pública a la mujer. Se llama salario maternal y no es una limosna... porque la marginada no es la mujer, es la madre.