La compra de banco portugués Eurobic por parte de Abanca no es una compra cualquiera, ni tampoco es como las demás. Y eso es así porque quien ha vendido es Isabel dos Santos, que finalmente ha cedido a las presiones del Banco de Portugal, que no quería tener bajo su supervisión a una entidad controlada por la hija del ex presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, vinculado, según Luanda Leaks, al saqueo de las arcas públicas del país africano.

Juan Carlos Escotet ha comprado el 95% de Eurobic, del que el 42,5% pertenecía a Isabel dos Santos y el otro 42,5% al angoleño Fernando Teles. Aunque el precio total no ha trascendido, Escotet pagará 400 millones de euros al contado en concepto de entrada y, el resto, en cómodos plazos hasta 2028. Repite, pues, el modelo que utilizó para comprar las antiguas cajas gallegas y que tan buen resultado le ha dado: comprar el banco con el beneficio que genera la propia entidad.

“Nuestras primeras impresiones son francamente magníficas. Es una operación con todo el sentido estratégico, nuestra apuesta es ibérica y esto ratifica esa vocación ibérica”, afirmó Escotet el lunes.

Magnífica o no, lo cierto es que la apuesta del banquero no está carente de riesgos. Para empezar, las vinculaciones de la entidad con Angola. No es baladí que, según Luanda Leaks, la petrolera angoleña, Sonangol, utilizara su cuenta en Eurobic para transferir unos 100 millones de euros a una empresa de Dubái controlada por Dos Santos.

Otro reto no menor: mejorar la morosidad del banco que, al cierre de 2019, estaba en el 6,4%. Sea como fuere, la compra de Eurobic -Escotet le cambiará el nombre- convertirá a Abanca en el sexto banco de Portugal, con unos 350.000 clientes, 250 oficinas y un volumen de negocio superior a los 100.000 millones de euros.