Íñigo Errejón ha cerrado el debate interno en Podemos sobre si debería dejar su escaño en el Congreso, renunciando al acta de diputado pero no a la militancia del partido que confundó.

Errejón se ha adelantado así a una petición expresa, en el aire tras su anuncio de que concurrirá a las elecciones con la marca de Manuela Carmena, y ha contestado de paso al reproche de Pablo Echenique, que había dejado caer que no dejaría el escaño por el sueldo: “pago el precio de la decisión correcta”.

Ha lamentado, eso sí, que ningún miembro de la dirección de Podemos le haya llamado explícitamente para que dejara el acta, a pesar de los dardos lanzados en público, pero de abandonar el partido, nada de nada. Lo lleva “tatuado en la piel”, ha dicho.

“No he venido a estar en política, sino a hacer política”, dice como aviso a navegantes

Errejón ha anunciado su decisión, lanzando lo que parece un aviso a navegantes: “No he venido a estar en política, sino a hacer política”. Seguirá por tanto con su posición crítica a Pablo Iglesias, pero sin dejar Podemos.

Ha explicado que quiere “centrarse en lo importante”, que Más Madrid gane las elecciones, lo que dibuja, en fin, la confrontación interna en la formación morada. El paso de Errejón limita la estrategia y expectativas de Podemos en la Comunidad de Madrid. Él confía en que Más Madrid y Podemos vayan juntos a las elecciones.

La pelea viene de atrás, pero toma nuevas formas. Errejón ha optado por presentarse con una nueva plataforma, cuando ya no es más que una voz, crítica, en Podemos. Lejos queda cuando le sustituyó Irene Montero como portavoz parlamentario. Pero mantiene una cierta capacidad para recuperar otras voces, críticas también, con el rodillo de Iglesias. Eso llegará.