Endesa ha presentado la actualización de su plan estratégico (en el documento adjunto) al día siguiente de la matriz italiana, Enel, que seguirá chupando del dividendo de la española tres años año, de 2018 a 2020, y un poco menos en 2021, mientras deja en segundo lugar las inversiones y revisa ligeramente hacia arriba la previsión de beneficio y Ebitda. Y eso, a pesar por lo dicho por el CEO de la italiana, Francesco Starace, en Milán, que ve ahora en España un mercado “prometedor” para rentabilizar las inversiones. Como si no lo hubiera hecho hasta ahora, experimiento sin piedad a su filial.

Nada que ver con el momento energético que vive el país, lleno de incertidumbre por la nueva política de Teresa Ribera, que amenaza activos claves de Endesa, con sus planes extremos para descarbonizar la economía y limpiar de emisiones de CO2 la atmósfera. Naturgy o Iberdrola se aprietan el cinturón, pero Borja Prado tira la casa por la ventana, a mayor gloria de sus dueños italianos. Prado, en paralelo, ha conseguido ya enlazar ya con Pedro Sánchez para mantenerse en el cargo, neutralizando así el acercamiento de la ministra Ribera a José Bogas, para mantenerse en el cargo.

La estrategia de Endesa está pensada para Enel y para sostener la cotización 

Con las nuevas previsiones, calcula el resultado bruto de explotación de 3.800 millones en 2020 (100 más que en el anterior plan) y de 4.000 en 2021, mientras el beneficio se mantiene igual, en 1.600 millones, y de 1.800 en 2021. Coincide con la previsión de dividendo, del 100% del beneficio hasta 2020 y del 80% en 2021. Un verdadero expolio de la que fuera primera eléctrica española.

Es una estrategia, en fin, más pensada para sostener la cotización de valor, algo logra con dificultades (en el año sube 79 céntimos por acción, tras la caída de este miércoles, del de 2,5%, hasta 19,75), y una retribución al accionista pensando en Enel a la que irán el 70% de los 5.940 millones que repartirá los tres primeros años.

El grueso de las inversiones va a generación (renovables, con 2.000 millones) y comercialización, que compensará con mayores márgenes, y una deuda de 7.600 millones (de 1,7 a 1,8 el Ebitda).