Viene siendo habitual en los últimos ejercicios que Enagás, presidida por Antonio Llardén (en la imagen), abra las rondas de presentación de cuentas ante el regulador, que no son una excepción en el caso de tercer trimestre. A estas alturas del ejercicio, creo que ya podemos considerar, salvo sorpresas de última hora o retoques de maquillaje, que las cifras que nos ofrezcan las compañías son la tendencia que marcará el cierre anual.

Enagás, como hemos observado en trimestres anteriores y se confirma ahora, tiene un problema en su cuenta de resultados que se llama insuficiencia de ingresos. No de otros ingresos de explotación, que efectivamente han crecido en un 10,3% respecto a 2017 y suponen 193,8 millones de euros (M€), sino en los ingresos de explotación que, con una cifra al cierre de 818,7M€, han supuesto un descenso del 3,2% respecto al mismo periodo del año anterior.

Una mayor reducción de ingresos le obligaría a buscar negocios en el exterior, con el peligro de un mayor endeudamiento

Como hemos advertido otras veces, esto podría agravarse a partir de 2021 con la entrada en vigor de los cambios del marco retributivo del transporte del gas, más en concreto la revisión a la baja en la retribución financiera que se aplica a esta actividad que está solicitando la CNMC. Esta retribución significa aproximadamente el 28% de los costes regulados del sector gasista.

Los gastos operativos de Enagás se están manteniendo y los 278,6M€ registrados han supuesto un 1,9% menos que en 2017. El resultado de las sociedades participadas ha sido 14M€ (+24,9%), superior al registrado en el pasado ejercicio, lo que deja el Ebitda en 804,4M€ (+1,3%).

El resultado financiero crece un 93,5% por la consolidación de GNL Quintero

El resultado financiero ha crecido un 93,5% respecto a 2017, y se sitúa en 98,5M€. La diferencia es debida a los efectos contables positivos derivados de la consolidación de GNL Quintero por importe de 52,4M€. Sin este efecto registrado, el resultado financiero habría mejorado en un 4,6% por la bajada en la cifra total de la deuda, de -349M€ y en sus costes, 0,1%.

Así, el beneficio neto del tercer trimestre asciende a 325,7M€, que representa un 13,3% menos que el registrado en la misma fecha de 2017, que incluía los ya antes citados efectos de la consolidación de GNL Quintero. Sin estos efectos, el resultado habría sido un 1% superior.

La compañía ha reducido la deuda neta del total del grupo en 343 millones de euros a lo largo del ejercicio. No obstante, el ratio de endeudamiento (deuda neta /Ebitda) del 4,3% es inferior al 4,8% del pasado ejercicio, que continua siendo ligeramente alto para una compañía sobre la que pende una espada de Damocles de una regulación que en el mercado interior, le podría obligar a una reducción de ingresos significativa; lo que podría obligarla a buscar negocios en el mercado exterior y que con toda probabilidad supondría un mayor endeudamiento para cubrir la inversión.