Enagás ha dado el pistoletazo de salida a las cotizadas que darán a conocer sus resultados semestrales durante las próximas semanas. Sin embargo, a la vista de las cifras queda claro que la compañía que preside Antonio Llardén necesita más ingresos.

La gasista, que tiene entre sus accionistas a la SEPI (5%) -por ser una infraestructura básica-, ha ingresado en total 683,2 millones de euros en el primer semestre, un 0,7% menos que en igual periodo de 2017. La gestora Lazard Asset Management (5,07%), que entró en la gasista por el goloso beneficio por dividendo, ya no está en su capital. 

Este descenso de ingresos se explica por el hecho de que la menor contribución de ingresos regulados fue compensada parcialmente por otros ingresos de explotación no recurrentes, así como por el efecto de la NIIF 15. Esta merma de ingresos regulados que ya se notó en el primer trimestre se podría ver acentuada por el cambio del marco retributivo a partir de 2021 (aunque esté también podría no impactar o hacerlo de forma positiva porque su objetivo es que no se genere déficit) y lleva a que la gasista esté atenta a las oportunidades que puedan surgir en el exterior, en Europa o Hispanoamérica. Eso sí, siempre con cautela, es decir, manteniendo a raya la deuda.

La dismunución de ingresos regulados lleva a que la gasista esté atenta a las oportunidades que puedan surgir en el exterior, en Europa o Hispanoamérica

El beneficio neto de Enagás ha sido de 219,8 millones, lo que supone un 18,3% menos que hace un año por el impacto de la integración de la planta regasificadora chilena GNL Quintero. Sin dicho efecto, las ganancias habrían crecido un 1%. Por su parte, las sociedades participadas (Saggas, la regasificadora de Sagunto (Valencia, España), y TAP, el proyecto italiano de oleoducto para transportar gas natural desde el mar Caspio y Oriente Medio a Europa Occidental) han aportado el 21,2% del beneficio, frente al 12,6% de hace un año.

El Ebitda ha ascendido un 1,7%, hasta los 545,2 millones, gracias a la contribución de GNL Quintero y a los ingresos de explotación, que compensaron la reducción de ingresos regulados, por lo que parece que será posible alcanzar el objetivo anual de 1.073 millones. Mientras, el Ebit se ha situado en 360 millones (+0,5%).

Por último, conviene destacar una buena noticia respecto al desapalancamiento, que se ha reducido en 454 millones (-9%) en el último año, hasta los 4.554 millones. Eso sí, la deuda neta no es tan baja porque supone un ratio de 4,2 veces el Ebitda, por lo que mantenerla a raya y reducirla sigue siendo una de las prioridades. A pesar de esto, Enagás tiene la confianza de las agencias de rating: Fitch y Standard & Poor's han ratificado sus calificaciones de A- para la compañía. Además, Standard & Poor's ha dado la máxima nota 'Excellent' a la calidad del negocio de Enagás y ha destacado su sólida posición de liquidez, recientemente.