• La compañía ganó 417,2 millones, pero baja el Ebitda (2%) y los ingresos (0,3%).
  • La red de gas es una infraestructura básica pero la presencia de la SEPI es del 5%.
  • Compensa parte de la provisión en Perú (41,5 millones) con el negocio exterior y la rebaja fiscal.
  • El endeudamiento aumenta más de lo esperado y está ya en 5.088,7 millones de euros.
Enagás ganó 417,2 millones de euros netos el año pasado, el 1,1% más pero algo menos que lo previsto por los analistas, pero mantiene su objetivo de mejorar el dividendo a un ritmo del 5% anual hasta 2020. Ojo, que los principales beneficiarios de la generosa retribución no será otras que los inversores institucionales, fondos soberanos y de inversión, que tienen las participaciones más destacadas en la empresa, a pesar de ser una infraestructura básica del Estado (la red de gas). La presencia de la SEPI, se reduce al 5%, la participación mínima por ley. Los resultados recogen, en la parte negativa, el impacto de la provisión de 41,5 millones por la terminación del Gasoducto del Sur Peruano (GSP). No obstante, han jugado parcialmente a favor de la gasista que preside Antonio Llardén (en la imagen) el buen comportamiento de su negocio internacional (el 10% del beneficio llega de sociedades participadas) y los menos impuestos en 2016 (del 28% al 25%). Con todo, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se redujo un 2%, hasta 882,6 millones de euros, tras una caída del 0,3% en los ingresos (1.218,3 millones). Las inversiones están en línea con lo previsto: la mayor parte, 912,2 millones, en el exterior, y 199,3 millones en España (adquirió el 42,5% de Saggas). No así la deuda financiera neta, que aumenta más de lo esperado, hasta 5.088,7 millones de euros, derivado en parte por la inversión en la regasificadora chilena GNL Quintero. Rafael Esparza