Tras la espantada británica, la alemana Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron tratan de reinventar Europa. Sin muchas ideas todo hay que decirlo. Jean- Claude Juncker (en la imagen) hará caso con su plan keynesiano de reactivación mientras Mario Draghi, presidente del BCE, apura su ultima etapa sin un deseo ardiente de reducir el océano de liquidez y con un sentido de fracaso en el gran proyecto de la unión bancaria. Lo del Banco Popular, la última prueba.

Los nuevos bancos son los bancos de inversión, los googles… y los fondos

Traducido: a los líderes europeos la banca ha dejado de importarles. Pretenden que termine en mero sistema de pagos y que le crédito pase a manos de los tres protagonistas: los fondos, los bancos de inversión y los googles. Es decir, una banca hiperregulada y unos reguladores que favorecen a sus adversarios. Se exige a los bancos máxima trasparencia mientras los fondos son la opacidad misma.

El ideal de los reguladores, incluido Mario Draghi, es que los bancos se conviertan en  gestorías

Al tiempo, las grandes empresas acuden a los mercados, por lo que no precisan de bancos universales, como los españoles, sino de banco de inversión.

Y respecto a la financieras de internet… si no ha podido Hacienda, ¿cómo va a poder la inspección bancaria?

La nueva Europa se desentiende de la banca, sobre todo de la banca domestica. Y la mejor banca doméstica de Europa, resulta que es la española.

Y el que quiera rentabilizar sus ahorros que arriesgue en el mercado

El ideal de los reguladores, incluido Mario Draghi, es que los bancos se conviertan en gestorías.

Y el que quiere rentabilizar sus ahorros que arriesgue en el mercado. De hecho, los depósitos remunerados mueren y los propios bancos te conducen hacia el fondo, donde ellos nunca arriesgan y siempre ganan. Pero esas prácticas constituyen, al mismo tiempo, el suicidio de los bancos.