• Los griegos han dicho sí a Alexis Tsipras y no a Bruselas (61 frente a 39%).
  • El narcisismo del premier griego se dispara: el mundo pendiente de él… y los griegos le apoyan.
  • Pero el BCE decide. Ni tan siquiera basta con que mantenga la línea de liquidez, tiene que aumentarla.
  • Y si no la aumenta la banca griega quiebra.
  • En cualquier caso, Berlín le va a hacer pagar caro a Tsipras su chulería.
  • Por ahora no pueden echarle, pero se lo van a poner imposible… y no sin parte de razón.
  • Conclusión última: Europa y Eurolandia deben reinventarse.
  • Una moneda única exige una deuda única.
Contra pronóstico, los griegos han dicho "no", es decir, han apoyado al primer ministro Tsipras. Eso es lo importante, porque lo cierto es que ni sabían qué votaban ni las consecuencias de la votación. Lo único que se sabía es que el 'sí' suponía ceder ante Bruselas hoy y el "no" retar a toda Eurolandia. Y lo han dicho con contundencia. Escrutado el 70%, la diferencia era entre el 61% frente al 39 de 'síes'. Nadie lo esperaba en Europa, pero lo cierto es que ha ganado Tsipras. Ahora, la pelota está en manos de Merkel, quien este lunes se reunirá con el francés Hollande. Y el martes habrá cumbre extraordinaria. Lo que les pide el cuerpo es cortarle la liquidez, pero eso sería lo de siempre: golpear a un gobernante en la cara de los gobernados. También puede utilizar al BCE para cortarle la liquidez, pero eso ahogaría al enfermo sin curar la enfermedad. Por el momento Tsipras, tras triunfar en su referéndum, suplicaba al BCE que no le cortara el grifo de liquidez. Al final, se le va a obligar a negociar un plan -piensen en dos meses de plazo, por lo menos- y mientras los griegos sufrirán la caradura y el espíritu moroso de su primer ministro, al que ahora han apoyado. Para España, el triunfo de Syriza no es bueno. Fortalece a sus colegas, los neocomunistas de Podemos candidatos a ganar las elecciones en España a fin de año. No es una buena noticia para España ni para Europa, porque encima, se está dando otro factor: los populismos se tocan; la 'ultraderechista' Marine Le Pen está feliz con el triunfo del comunista Tsipras. Al final, lo que quiere decir este sinsentido del referéndum griego (no se decide en referéndum si se pagan o no se pagan las deudas) es que hay que refundar la Unión Europea y Eurolandia. Si 19 países tienen la misma moneda tienen que tener la misma deuda. Si no, los únicos países favorecidos por el euro seguirán siendo los alemanes y otros países de la Europa norteña y central. Hay que mutualizar la deuda: una moneda común exige una deuda común. De ahí en adelante. Y si no, pues habrá que replantearse el euro. Eulogio López eulogio@hispanidad.com