• Susana Díaz es cofrade de San Gonzalo de Triana pero abortera.
  • La presidenta electa pertenece a ese socialismo pietista y hasta beato, poco anticlerical pero muy cristófobo.
  • Pretende liderar, con imagen tolerante, un PSOE dominado por el lobby feminista más radical y por los cristófobos más recalcitrantes.
  • Abanderada de la tolerancia cero contra la corrupción ha crecido en política a la sombra de los corruptos.
  • Y mientras, el PP pierde más votos que los conseguidos por Ciudadanos y por la reducción de la abstención.

La presidenta electa de Andalucía, Susana Díaz (en la imagen), conocida en la propia Andalucía como La Felipona, por el padrinazgo que Felipe González ha ejercido sobre ella, pasa por ser una socialista moderada y respetuosa con las ideas ajenas. Ha obtenido una gran victoria a pesar de haber obtenido los mismos votos y los mismos escaños y a pesar de la irrupción de Podemos.

Y ha ganado las elecciones porque las ha perdido el PP y porque los emergentes Podemos y Ciudadanos han conseguido su trozo de pastel. Sí, es un éxito, pero un éxito comparativo.

De hecho, lo más curioso de los comicios andaluces es dónde han ido a parar los votos del PP. Ni sumando los que le ha arrebatado Ciudadanos de Albert Rivera y los provocados por la reducción de la abstención salen las cuentas. A lo mejor Pedro Arriola -¡Cielo Santo!- se está equivocando con ese PP progre que quiere recrear. A lo mejor el electorado español no es tan progre como pretende el asesor áulico del PP desde poco después de Alianza Popular.

En cualquier caso, ¿quién es Susana Díaz? Pues es dos cosas: política profesional de aparato y religiosa cofrade y atea. Sí, son posibles ambas combinaciones. En la Semana Santa sevillana aún sobrevive el espíritu corredentor de la pasión con una religiosidad, casi beatería, perfectamente atea. Susana Díaz presume de pertenecer a la cofradía trainera de San Gonzalo pero al tiempo es una partidaria entusiasta del aborto, que se rodea del lobby feminista radical del PSOE, una de las cuyas representantes figuraba a su izquierda: Micaela Navarro.

También presume Díaz de rociera, pero sus excursiones a la aldea son para mantener reuniones, como buena 'roja' que es, con los compañeros de partido entre los que puede hablar, por ejemplo, de robarle a la Iglesia la catedral-mezquita de Córdoba sin el menor problema.

La presidenta electa pertenece a ese socialismo pietista y hasta beato, poco anticlerical pero muy cristófobo.

Y más. Abanderada de la tolerancia cero contra la corrupción, Susana Díaz, ha crecido en política a la sombra de los corruptos, de todo un PSOE andaluz enfangado en la corrupción pero, al parecer, ella no se enteró de nada.

En cualquier caso, la pregunta sigue siendo la misma: ¿dónde están los votos perdidos del PP? Una cosa está clara: el cabreo con Rajoy no ha terminado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com