• Y ello, a pesar de la polarización política y de los graves problemas, como la persistencia de la pobreza.
  • "La gente votó no solo por la figura que representa Macri, sino por un cambio, por la alternancia en el poder", según Olaf Jacob, director de la Fundación Konrad Adenauer (KAS).
  • "No quiero que le vaya mal al Gobierno (…)", dijo la candidata al Senado y expresidenta, Cristina Fernández.
En Argentina, este domingo, 13 de agosto, se realizarán las elecciones primarias, que definen quiénes competirán en las generales del próximo 22 de octubre. El proyecto económico de Mauricio Macri no despega. Y ahora la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner busca entrar al Senado, analiza DW en un artículo. "Algunos problemas sí se han resuelto, otros aún no", acota Olaf Jacob, director de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), en Buenos Aires, en entrevista con DW, y explica que "la gente votó no solo por la figura que representa Macri, sino por un cambio, por la alternancia en el poder". Los dos Kirchner, marido y mujer, ocuparon la presidencia del 2003 al 2015, "promoviendo una política de defensa de los derechos humanos, pero también de asistencialismo estatal y proteccionismo económico, sin resolver los problemas macroeconómicos y de la deuda externa", dice a DW, el politólogo Leonardo Bandarres, doctorando en la Universidad de Gotinga. Si de logros bajo Macri se habla, debe mencionarse, según Jacob, que "se están abriendo los mercados y hay mayor sinceridad de la gestión pública, por cuanto hay una organización detrás de toda decisión, gracias a que se están respetando las instancias". La decepción con el Gobierno de Macri se debe, en primer lugar, a que "la inversión extranjera no está llegando tan rápidamente como se esperaba", acota Olaf Jacob, también economista de la Universidad de Maguncia, quien no quiere dejar pasar por alto que el "interés del empresariado alemán en Argentina es alto", como lo demuestran las frecuentes visitas desde Alemania. Pero el despegue económico de Macri se ve además "frenado por la crisis política y económica del principal socio comercial de Argentina, su vecino Brasil", recuerda Bandarres, egresado de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia. Así, la lucha contra la pobreza, también propuesta por Macri y una de las grandes banderas kirchneristas, ha quedado en el limbo, tanto en los 12 años del presidente Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como en los 18 meses bajo Macri. Pero ¿sería posible en Argentina un "consenso" por los pobres? El analista argentino Daniel Arroyo señala en su libro 'Las 4 Argentinas y la grieta social', que "existe una Argentina de los pobres sin esperanza; otra de los vulnerables que caen en la pobreza; y las otras dos de los sectores medios y altos". En este contexto, Arroyo insta a que "las divisiones políticas no nos deberían impedir sentir y ver que la gran grieta de los argentinos es la grieta de la pobreza y de la desigualdad social". En este sentido, Jacob cree que la probable senadora Kirchner y su partido no serán ningún peligro para Macri -"toda vez que obtendrían un máximo del 30%"-, y espera que hagan una oposición "crítica, pero responsable y constructiva". "No quiero que le vaya mal al Gobierno (…)", dijo, en efecto, la candidata al Senado, Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 1 de agosto en el municipio de Malvinas Argentinas, durante un evento público de campaña. En conclusión, Bandarres resalta que un gran logro del cambio en Argentina es que, a pesar de la polarización y los graves problemas, la mayoría de su sociedad ha optado por la "alternancia pacífica en el poder", ninguna ley natural en la región. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com