Pedro Sánchez tiene que dejar claro que él es el número uno en progresismo. Ni Pablo Iglesias ni, mucho menos, Albert Rivera le pueden arrebatar ese título. Y tener que mostrar tanta moderación -orden de Iván Redondo- había puesto en peligro su liderazgo.

No pasa nada: nos adelantamos a los demás -le corresponde al PSOE presentar la primera iniciativa para debatir en el Congreso, al ser el partido con mayor representación parlamentaria- y presentamos una proposición de ley para regular la eutanasia, aunque lo más probable es que el propio Sánchez disuelva las Cortes y convoque elecciones en dos semanas.

Porque, como ya hemos explicado en Hispanidad, el diálogo entre PSOE y Podemos se ha convertido en una burla que terminará con una nueva convocatoria electoral.

Da lo mismo. Lo importante es recuperar los galones progresistas. Y, de paso, Sánchez aprovecha para desunir un poco más a la derecha. El PP de Pablo Casado todavía no ha tragado esa píldora, pero lo hará. Ciudadanos las ingiere a puñados. De hecho, Rivera ya ha anunciado que votará a favor de la iniciativa socialista.

“Reconocer el derecho a poner fin a la propia vida en caso de enfermedad grave e incurable, o de una enfermedad grave, crónica e invalidante”. Ese es el propósito que persigue el texto presentado. Y, por supuesto, que se incluya en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, “garantizando su acceso con carácter universal y gratuito”. Eutanasia para todos.

Y miren por dónde, este martes se celebra el Día Mundial de Prevención del Suicidio. Ya saben: más vale prevenir que curar.