• Y ahora resulta que las ventas no alcanzaron los 177 millones, sino que se quedaron en 155.
  • La empresa debe a los empleados 2,4 millones de euros, 541.000 euros más que en 2013.
  • El concurso de acreedores, un poco más lejos tras el visto bueno del 90% de los bancos a su plan de financiación.
  • Persiste la polémica por la compra de la operadora neocelandesa TCI.
Amper ha reformulado sus cuentas de 2014. Malo. Y si encima el resultado es peor, doblemente malo. Eso es, precisamente, lo que ha sucedido. En un primer momento, el grupo que preside Jaime Espinosa de los Monteros (en la imagen) declaró unas pérdidas en 2014 de 33,1 millones de euros. Este jueves, sin embargo, ha comunicado a la CNMV que el resultado del ejercicio fue negativo en 79,3 millones de euros, frente a los 77 millones registrados en 2013. La compañía tecnológica explica que estas pérdidas se deben al deterioro de la cartera, que asciende a 54,4 millones, y a unas pérdidas financieras entre las que había unos intereses capitalizados y no pagados a los bancos, de 6 millones. Además, la reformulación de las cuentas ha desvelado que las ventas de 2014 no fueron de 177,4 millones de euros, sino que se quedaron en los 155,1 millones, lo que demuestra el deterioro sufrido por el grupo durante el año pasado: la facturación de 2013 alcanzó los 263 millones de euros. Las cuentas desvelan, asimismo, que la deuda con los proveedores ha aumentado en 2,2 millones de euros, al pasar de 2,3 millones en 2013 a 4,5 millones en 2014. Al mismo tiempo, la empresa debe a los empleados un total de 2,4 millones de euros, esto es, 541.000 euros más que un año antes. A pesar de la situación, el concurso de acreedores está un poco más lejos tras el acuerdo al que ha llegado la empresa con el 90% de los bancos acreedores, que han aprobado su plan de financiación. Como recordarán, el pasado mes de diciembre, el grupo solicitó el preconcurso con el fin de ganar tiempo y evitar la quiebra. De momento, lo está consiguiendo. Eso sí, la firma con los bancos no ha suavizado la polémica por la compra de la operadora neocelandesa TCI, por 15 millones de euros, realizada en pleno preconcurso de acreedores. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com