• La máxima autoridad judicial paquistaní ha aceptado estudiar la apelación de la condenada.
  • Fue acusada de supuesta blasfemia por sus vecinas en virtud de la ley de Blasfemia y desde hace 6 años atraviesa un calvario judicial que hasta el momento ha ratificado su condena a muerte.
  • La mujer pakistaní se ha convertido en un símbolo de la persecución a los cristianos por el extremismo islamista.
  • El testimonio de Asia Bibi es conmovedor: "Rezo y espero que un juez reciba la luz de Dios y tenga la valentía para ver la verdad".
En Pakistán, era hoy miércoles un momento decisivo para la difícil y dura historia de Asia Bibi (en la imagen), la mujer y madre paquistaní cristiana condenada a muerte por supuesta blasfemia desde hace más de seis años y que se ha convertido en símbolo de la persecución a los cristianos por parte del extremismo islamista. Hoy se llevaba a cabo la audiencia del proceso en su contra ante la Suprema Corte de Lahore. Se trata del último grado del juicio, después de la condena en primer grado en noviembre de 2010 que fue confirmada durante la apelación en otoño del año pasado. Pues bien: el Tribunal Supremo paquistaní ha suspendido hoy la orden de ejecución de Asia Bibi, y ha aceptado estudiar la apelación de la condenada.  «La petición para estudiar la apelación ha sido admitida y la orden para ejecutar a Asia Bibi ha sido suspendida (cautelarmente)», ha afirmado a Efe Saiful Mulook, abogado de la condenada. El abogado de Bibi, musulmán, espera que su cliente consiga ser eximida de culpa y finalmente liberada porque, según él, existen varios aspectos a su favor, como el retraso en hacer la denuncia, hecha cinco días después de la disputa con las campesinas musulmanas. El abogado de Bibi, que ha recibido numerosas amenazas para que abandone el caso, aseguró que continuará su lucha hasta que logre que Bibi obtenga «justicia». Zenit recuerda muy bien su historia: los hechos ocurrieron en junio de 2009 cuando la cristiana Asia Bibi, que estaba trabajando en un campo, fue mandada a buscar agua. El resto de mujeres, seguidoras del Islam, se opusieron a que ella fuera porque, al no ser musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Por ello, le exigieron que abandonara el cristianismo y que se hiciera musulmana, a lo que ella se opuso. Entonces, Asia Bibi dijo a sus compañeras que "Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad" y preguntó a las mujeres musulmanas qué había hecho Mahoma por ellas. En cuanto oyeron estas palabras acudieron al imán local, esposo de una de ellas, que a su vez presentó una denuncia ante la Policía por el delito de blasfemia. Y es que el artículo 295 del Código Penal de Pakistán pena con la muerte blasfemar contra el profeta del islam mediante la Ley de Blasfemia. Pero esa ley está siendo usada muchas veces de forma espuria por los enemigos de los cristianos. La cadena internacional de oración por Asia Bibi y el apoyo popular hacia su causa son iniciativas que han encontrado promotores en diferentes organizaciones internacionales. Y en el mundo católico, el caso de Asia ha conmovido a muchos monasterios de clausura, principalmente en Italia y España, en donde las monjas rezarán para que "en este nuevo proceso se glorifique el nombre de Dios". Además, la comunidad internacional ha mostrado en numerosas ocasiones su apoyo a Bibi, con varias campañas para su liberación o peticiones de países como España, Francia, Italia o Estados Unidos, para que le sea conmutada la pena de muerte. Mientras, desde la cárcel de Multán, la mujer cristiana sigue afrontando su sufrimiento con fe: "Me veo en la Cruz de Cristo, en la certeza de que muchos hermanos y hermanas en todo el mundo están cerca y están rezando por mí". "Rezo y espero que un juez reciba la luz de Dios y tenga la valentía para ver la verdad", ha apuntado Asia Bibi, recogió Zenit. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com