Es el testamento de Luis María Linde como gobernador del Banco de España: el último Informe anual de su prestigioso Servicio de Estudios. Linde se marcha enfadado con el Gobierno que en su tarea de supervisión bancaria no ha hecho otra cosa que ponerle pegas. Quizás por ello, ahora que esa tarea ha quedado bajo mínimos aprovecha su otra ‘fuerza’, el Servicio de Estudios del Banco de España, para decir lo que nunca se atrevió a decir en seis años de gobernanza, que es lo que muchas personas reservan para su testamento.

Dice muchas cosas, pero todas ellas pueden condensarse en una: el dinero público no existe. Y si existe, se trata de nuestro dinero, dinero privado que no es de todos, porque los políticos nos lo han arrebatado y hacen lo que quieren con nuestro dinero.

No podemos vivir de lo público. Lo público no es más que el dinero privado confiscado por la clase política

El testamento de Linde consiste en reducir el papel del sector público, el más corrupto de todos, por dos razones: porque se trata de ese dinero privado confiscado y porque está tan mal administrado que no dará para pagar todo lo que le pedimos. Yo añadiría una tercera: es un dinero que alimenta la pereza y la aversión al riesgo, el espíritu funcionarial. Pero eso no lo dice Linde.

Concretando: el informe del Banco de España, último de la era Linde, dice que no podemos soportar el coste creciente de una sociedad envejecida. Asegura que habrá que recurrir, no a las cuotas sociales y al IRPF, sino a todo tipo de impuestos (también el IVA), para pagar las nueve millones de jubilaciones mensuales, aunque los políticos aseguren que el pago de las pensiones depende del pleno empleo.

Dice también que, aunque los políticos aseguren que la prima de riesgo sitúa la deuda pública bajo control, la redicha deuda ha alcanzado tamaña dimensión que lastra la economía de forma perpetua. El concepto de crisis económica permanente, acuñado en Hispanidad, recobra vigencia.

Y Linde recuerda que aún son necesarias más reformas: lenguaje políticamente correcto para explicar que las actuales prestaciones públicas, también en Sanidad o Educación, no pueden mantenerse y que tendrán que reducirse… justo cuando la demagogia imperante asegura que tienen que aumentar y les otorga el nombre de “mis derechos”.

No podemos vivir de lo público. Tampoco existen los llamados derechos sociales: trabajo permanente, prestaciones públicas interminables, etc.

Y todo el Informe-testamento de Luis María Linde puede resumirse así: acabemos con lo público porque el Estado de Bienestar está llamado a la ruina.

Ojo, Linde no llega, sería pedir demasiado, a la segunda fase de la ecuación: acabemos, no con lo público, sino con todo lo grande, sea público o privado, porque lo grande, independientemente de su naturaleza, es ingobernable. Sería pedir demasiado.

En cualquier caso, todo el discurso político sobre “nuestros derechos” -laborales, de prestaciones públicas interminables, etc.- queda en entredicho en el testamento del Luis María Linde.

No exijas derechos, esfuérzate. No dependas del Estado sino de tu propio esfuerzo y talento. Crea tu propio salario

En resumen, el informe del Banco de España asegura que el Estado del Bienestar no va hacia la quiebra: lo que se intuye de él es que está quebrado. Es como esas empresas inviables que se mantienen artificialmente en vida hasta que el acreedor da por perdido su dinero y las lleva a concurso.

Está quebrado, en primer lugar, por el envejecimiento de la población, porque la sociedad española se ha quedado sin vitalidad y no tenemos hijos. Y esto significa que no podemos vivir de lo público.

Tampoco existen los llamados derechos sociales: trabajo permanente, prestaciones públicas interminables, etc. El derecho que tienes es a que te permitan autoabastecerte, crear tu propio trabajo, sin más trabas que las de tu propio esfuerzo  tu propio talento.

Señor Linde: podría haberlo dicho antes. Más alto y más claro.