• El BBVA se apuntó al bitcoin, pero los últimos escándalos le han dejado en fuera de juego.
  • En otras palabras: la banca crea su propia moneda digital.
  • Pero soportada en activos reales, en dinero de verdad.
  • Y de paso, la banca se enfrenta al bitcoin.
  • En paralelo, el combate por el instrumento de pago del futuro: el teléfono parece imponerse a la tarjeta.
El Santander se apunta al carro del dinero virtual o digital. Y no se enfrasca en la aventura él solo. Lo acompañan el Deutsche Bank, UBS, BNY Mellon y el broker ICAP -cuatro pesos pesados del sector-. Su objetivo es, básicamente, aprovechar la irrupción y los avances en el uso de dinero digital para agilizar la transacción de activos entre bancos. Y de paso, el Santander deja pequeños los pasos dados por BBVA, que sí se apuntó a invertir en bitcoins, en una jugada que no le ha salido nada bien y entre sobresaltos (recuerden el desplome reciente de moneda -sin referencias objetivas- tras el último robo en Hong Kong). Un síntoma, en fin, de la locura de esa 'divisa'. La inversión concreta de BBVA fue en Coinbase, la plataforma líder para realizar transacciones con bitcoins. El anuncio tenía su cosa, teniendo en cuenta la insistencia de FG en la idea de la banca digital y que, al mismo tiempo, el propio banco reconociera en su página web que el bitcoin es una divisa sin curso ni respaldo oficial. Volvalmos al Santander. ¿Cómo van a hacer todo eso? Creando su propia moneda digital, a la que han llamado Utility Settlement Coin (USC). La tecnología empleada es la misma que la que se utiliza con las bitcoins a la hora de operar con ellas en el mercado. Pero su similitud con la divisa virtual acaba ahí, porque USC sí estará referenciada en dinero real. Es decir, USC es una moneda que existe en un registro contable distribuido, los llamados blockchain, como el resto de divisas virtuales, pero, en este caso, con un fin distinto: representar digitalmente una suma de dinero que está respaldada en un activo real. En resumen, este avance hará más eficientes las operaciones bancarias y no les restará seguridad, porque el registro de marras es compartido por un buen número de bancos. Ahora sólo queda que lo aprueben los reguladores y los bancos centrales. Así que las nuevas USC, como decimos, poco tienen que ver con el fenómeno Bitcoin. Porque el problema de estas últimas es, básicamente, que son monedas sin soberanía monetaria. Es decir: no hay una autoridad monetaria que las respalde, así que no dan garantías, y ningún banco central fija su precio, así que carecen de supervisión. Paralelamente, la noticia llega con otro frente que libran los bancos, y son las formas de pago. La batalla parece ganarla el teléfono móvil. Una prueba de hecho la dio Inditex, consciente de la necesidad de unir el negocio digital con el presencial, al permitir, a partir de septiembre, el pago a través de las aplicaciones móviles de sus ocho marcas y estrenará una nueva app, InWallet. Fue uno de los acuerdos de la Junta de Accionistas de Inditex. El líder textil afronta el pago por móvil en todas sus tiendas en España. Daniel Esparza