• Quiere colocar 2.000 millones en preferentes convertibles ('CoCos') a inversores cualificados.
  • Sigue a otras emisiones de deuda subordinada y senior, que computan para absorber pérdidas.
  • Ojo, está muy lejos de lo previsto para el año: unos 30.000 millones, de los que no ha cubierto ni un tercio.
  • La entidad llama a los fondos de inversión al mismo tiempo que se prepara para cumplir con Basilea III.
El Santander sigue adelante con su programa de emisiones anunciado en enero para reforzar su capital y cumplir con los nuevos requerimientos de absorción de pérdidas (conocidos como TLAC). Para el banco cántabro, esas exigencias le obligan a emitir entre 5.000 y 10.000 millones de euros anuales más que el año pasado. Esta vez, se trata de una emisión de participaciones preferentes contingentemente convertibles (conocidos como CoCos), por un máximo de 2.000 millones de euros, dirigida sólo a inversores cualificados, según el hecho relevante comunicado a la CNMV. El objetivo, en cualquier caso, es el mismo: dotarse de un colchón de capital y deuda para cubrir posibles pérdidas -uno de los cambios introducidos en la regulación bancaria-, equivalente al 19,5% del capital sobre activos ponderados por riesgo (APR). Ese colchón, según las normas de Basilea III, entra en vigor el 1 de enero de 2019. En el caso del Santander equivale a unos 120.000 millones de euros. El banco que preside Ana Botín (en la imagen) figura además en la lista de los 30 bancos sistémicos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), a los que se exige recargo extra de capital del 2,5%. Es la lista de la que cayó en 2016 el BBVA. El Santander tiene previsto cumplir esa meta con emisiones, este año, de entre 24.000 y 32.000 millones, y en 2018, entre 19.000 y 25.000 millones. Muy por encima, en los dos casos, de la media de 20.000 millones anuales de años anteriores (20.500 millones en 2016). La lectura de esas cifras, sin embargo, deja claro que las emisiones realizadas por el Santander hasta ahora están muy por debajo de las previsiones. En enero, colocó 2.500 millones en deuda subordinada con vencimiento a 10 años, con un cupón del 3,12% (frente al 3,25% de abril de 2016). La mitad de esa emisión, 1.000 millones, computaba como vía para absorber pérdidas (al 3,75%, con vencimiento en 2023). A esas emisiones siguió otra, a finales de mes, en la modalidad de deuda senior non preferred, con la que captó otros 1.500 millones (con vencimiento en cinco años y en 298 puntos básicos sobre midswap, la referencia europea). Y a principios de abril, sumó otra de 2.500 millones de dólares en tres bloques. El BCE exigió al Santander que mantenga una ratio CET1 en 2017 del 7,75% a nivel consolidado. En 2016, por su actividad en España (incluyendo los activos inmobiliarios), la entidad situó el ratio de solvencia (CET1 Phase in) en el 12,5% al cierre del 2016 y el CET1 fully loaded en el 10,6%. Rafael Esparza