• Los socialistas se lían en la definición de España, ¿Estado plurinacional, federal, autonómico, diverso, diferente?
  • El candidato sanchista madrileño, que admite que Madrid también es una nación, complica más aún el debate.
  • El acuerdo con Podemos en Castilla-La Mancha abre otra zanja, con mensaje contradictorios.
  • El PSOE entra en la cancha electoral del partido de Iglesias con más confusión que cordura.
Con Pedro Sánchez de vacaciones, el PSOE se va abriendo en grietas -hacia dentro o fuera-, que elevan el termómetro de los temores ante la ambición del líder de arrebatar La Moncloa a Rajoy. Son muchoslos frentes contradictorios -no siempre coyunturales- bajo el eje implacable de sus verborreicos portavoces veraniegos: el secretario de Organización, José Luis Ávalos, y el portavoz del partido, Óscar Puente (ambos en la imagen junto a Pedro Sánchez). Afloran esas contradicciones, a pesar de la coreada "unidad, unidad" del congreso socialista de junio, que añaden no pocas dudas ante el difícil reto que tiene por delante ese partido. Y es que una cosa es decir "se acabaron las baronías", primer zarpazo de Sánchez, y otra dar cauce, entre corrientes internas, a conceptos como el de la plurinacionalidad, el acercamiento a Podemos o la interpretación de la realidad política, nacional o internacional. Sobre lo primero, el Estado plurinacional, pensado como un guiño a los nacionalistas, todo depende de quién pregunte y quién responda. No está claro el modelo territorial socialista, que varía desde la plurinacionalidad que pregona Sánchez a un amplio abanico de matices que afectan a todo lo demás, ¿Estado federal, autonómico, diverso, diferente? Todo depende de qué interlocutor -léase, presidente autonómico- responda-, extremeño, andaluz, castellano-manchego, balear, valenciano o asturiano. La gota que ha colmado ese vaso ha sido el candidato sanchista madrileño, José Manuel Franco, que ha dicho, sin ningún rubor, que también Madrid sería una nación en el Estado plurinacional del PSOE. Más, en declaraciones a El Español: "Hay tantas naciones como comunidades autónomas". No hay quien se aclare, mientras se complica el debate interno en el PSOE. La aproximación a Podemos, después del acuerdo de Gobierno en Castilla-La Mancha, también es de traca, aunque en este caso el divorcio es sobre todo con los votantes del PSOE, más moderado que aventurero. Nadie duda de que Pedro Sánchez irá más allá. Les hemos contado, en ese sentido, el pacto secreto con Pablo Iglesias y Junts pel Sí para tumbar a Rajoy por medio de una moción de censura. De momento, a la espera de que Sánchez vuelva de vacaciones, Óscar Puente señala que es posible "un gobierno PSOE-Podemos en el futuro", aunque poco después le matice José Luis Ábalos diciendo lo contrario: que no es un paso para una moción de censura, aunque "no deja de ser una hipótesis de futuro". Pero son esos dos mismos portavoces los que se prestan a la fácil caza de su adversario político con declaraciones altisonantes, que entran más en la cancha electoral de Podemos y crean más confusión que cordura. Para José Luis Ábalos, por ejemplo, el recurso a la Guardia Civil para solucionar el caos en el aeropuerto de El Prat es una forma de esquirolaje, un ataque subliminal al Cuerpo que le pasará factura si aspira a ser el próximo ministro del Interior. Del mismo modo, Óscar Puente se atreve a decir, en contra de todo sentido común, que los venezolanos son también responsables, no sólo el dictador Nicolás Maduro, de la crítica situación en el país hispanoamericano. ¿Se acerca a Podemos o juega al despiste? Afirmar que en España se está sobredimensionando ese problema dice mucho más de su desconocimiento de la situación que de la complejidad del problema del que habla. Sonroja y Adriana Lastra, la vicesecretaria general, se ha visto obligada a matizar a su colega. . Andrés Velázquez andres@hispanidad.com