• El Congreso votará este martes una proposición no de ley del PSOE que pide la derogación de la reforma laboral.
  • Los socialistas creen que, salvo sorpresas, se aprobará.
  • No se traducirá en nada hasta que el relevo no se concrete en una proposición o proyecto de ley, con un largo procedimiento legislativo.
  • Pero tiene valor político porque sitúa de nuevo a la mayoría del Congreso ante el Gobierno en minoría.
El Congreso votará este martes una proposición no de ley del PSOE que pide la derogación de la reforma laboral aprobada en la legislatura de la mayoría absoluta del PP, solo con votos de los populares. Los socialistas creen que, salvo sorpresas, se aprobará. Sin embargo, el Gobierno mantiene su negativa a tocar aspectos esenciales de esa reforma que, según argumentan, ha permitido crear empleo. Sostuvo esta posición Fátima Báñez, ministra de Empleo, en la Comisión del Congreso, informa El País. Los socialistas, no obstante, negocian enmiendas con varios partidos para asegurarse la aprobación. Es una situación similar a la de la ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza, es decir, la iniciativa no es ejecutiva y solo tiene un valor simbólico y político. No se traducirá en nada hasta que no se concrete en una proposición o proyecto de ley con un largo procedimiento legislativo. Pero tiene valor político porque sitúa de nuevo a la mayoría del Congreso ante el Gobierno en minoría para derogar normas que fueron aprobadas con la mayoría absoluta del PP y sin apoyo de ninguna otra fuerza política. También tiene valor simbólico porque, como la ley mordaza, no es posible derogarla sin sustituirla por otra ley, porque afecta a 20 normas diferentes, pero sí reformar puntos clave como la desjudicialización o la relevancia de los convenios. Por eso, el texto del PSOE hace referencia a la aprobación de un acuerdo para hacer un nuevo Estatuto de los Trabajadores que elimine lo más polémico de la reforma. Y, por eso, Carles Campuzano, del PDECat (antigua Convergència), negocia una enmienda que matiza la derogación para dejarla en un acuerdo para revisarla, tras formar una comisión de expertos. El PSOE rechaza quitar el verbo derogar. La intención del Gobierno está muy lejos de tocar el corazón de la reforma laboral. Atribuyen a ella buena parte del fuerte ritmo de creación de puestos de trabajo que la economía española está manteniendo en los últimos dos años y, en consecuencia, no creen que haya que hacer cambios sustanciales. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya se lo dijo a los líderes de los sindicatos en La Moncloa en su reunión de hace un par de semanas. Y este mismo lunes la ministra de Empleo, Fátima Báñez, repitió el argumento en el Congreso, donde abogó "por no salirse del modelo que ha creado 500.000 empleos al año". Tras esta frase, hay una defensa de la reforma laboral que, según explicó, hace que todo el crecimiento económico se transforme en creación de empleo. "Nadie entendería que prescindiéramos de la herramienta que ha permitido salvar miles de empleos", apuntó Báñez. Esto supone que el Ejecutivo está dispuesto a hacer ajustes a la que fuera su reforma estrella la semana pasada, pero no a cambiarla sustancialmente. Las modificaciones que contempla el Ministerio de Empleo pasan por la adaptación de la norma española a las sentencias europeas del pasado septiembre que ponen en cuestión la regulación de los contratos temporales. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com