• Nombres que se barajan: Jordi Turull, Gemma Gordó, Mercè Conesa, Santi Vila o Josep Rull.
  • Se busca un cambio generacional en el nacionalismo catalán: veteranos, abstenerse.
  • El servilismo de Mas ante la CUP abochorna a Convergencia.
  • En cualquier caso, todos esperan a los resultados del 20-D.
  • Tienen tiempo, porque hasta el 10 de enero no tienen que convocar nuevas elecciones en Cataluña.
  • Dependiendo de los resultados de las Generales sí que sería posible la oferta de Miguel Iceta (Juntos por el Sí más socialistas del PSC).
De entrada, aclarar que Artur Mas, o Juntos por el Sí, si lo prefieren, tienen hasta el 10 de enero para investir presidente a Artur Mas. Además, todo puede cambiar según los resultados de las Generales del 20 de diciembre. Por tanto, tranquilos, hay tiempo. No, el cabreo en Convergencia procede del bochornoso espectáculo de su jefe de filas, Artur Mas, mendigando el voto ante los majaderos de la CUP, que no son exactamente anarquistas sino más bien maoístas o cosa así. Un Artur Mas que estaba dispuesto a ser investido con los votos de CUP, aunque tuviera que someterse a una moción de confianza meses después. Así que el prestigioso conceller de Economía, Mas-Cullell, escribió su famoso artículo en Ara y le dijo a Mas que dejara de hacer el ridículo y convocara elecciones antes que seguir arrastrándose por el fango. Y es ahí donde Artur Mas tiene su salida de la ruina. Él siempre dice que no puede volverse atrás porque le matarían. Ahora puede. Para las Generales, CDC y ERC se presentan por separado. Lo mismo podría ocurrir en unas próximas catalanas. Ahí sí que tendría sentido la oferta del socialista Miguel Iceta de una alianza con el PSC. Pero el mayor problema actual de Artur Mas no está en Madrid, ni en la CUP, sino en la propia CDC. Abochornados por su comportamiento en el debate de investidura, en el aparato del partido ya se disputan su cargo, pero lo que no está claro es que, si CDC va a unas elecciones en marzo, su cabeza de lista fuera Artur Mas. Nombres que se barajan para ese futuro a lo mejor muy cercano. El primero, el del portavoz parlamentario Jordi Turull (en la imagen), un personaje con la cabeza bien amueblada aunque le falta garra de líder. Cómo no, Gemma Gordó, aunque despierta recelos en el partido: todo el mundo le considera una trepa. Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat y de la Diputación de Barcelona, independentista pero con la que se pueda razonar. Luego está el conseller Santi Vila, que no ha sabido arreglar el estropicio de ATLL, o el propio secretario general de CDC, Josep Rull. Por ahora, nada se moverá hasta el 20 de diciembre. A partir de ahí todo es posible. Y entre todo lo posible, la caída de Artur Mas a manos de los suyos, que no de los otros, es no sólo posible, sino hasta probable. Eulogio López eulogio@hispanidad.com