• A través de una fusión electoral PP-Cs.
  • La cosa empieza ahora, tras el descalabro pepero en el 21-D.
  • Los conspiradores hablan de 'refundación' del partido.
  • ¿Y los valores? Valores cívicos, muy cívicos. Eso sí, de derechas de toda la vida.
Cada vez hay más peperos, sobre todo fuera de Génova, que hablan de una necesidad imperiosa: refundación del PP y, pasando de las palabras grandes a concreciones grandes, de una posible fusión entre Ciudadanos y el Partido Popular. Lo cierto es que la postura firme contra el separatismo catalán, en un país en el que ha surgido -y no sin algo de razón- una cierta catalanofobia, resulta atractivo. El plan de Aznar es un tanto alambicado: consiste en que mandos intermedios de provincias del PP se fueran pasando a Ciudadanos hasta forzar una unión que más sería absorción… hasta entronizar a Albert Rivera como líder de la derecha española. Pero tras el desastre de los cuatro diputados en Cataluña, las fuentes aznaristas consideran que puede pasarse a la ofensiva directa. Por ejemplo, forzar elecciones en junio y forzar una fusión electoral, con lista única, entre PP y Cs. En cualquier caso, Aznar se cobraría su venganza sobre Mariano, el hombre a quien él nombró y luego no le pagó según el servilismo acordado. O al menos eso mismo pensó Aznar que era. En cualquier caso, ¿qué pasaría con los principios y valores del PP de la Transición ante esa refundación vía fusión con Ciudadanos? Pues sencillamente serían valores capitalistas pero no cristianos. Esa es la clave pero no supone ninguna sorpresa. Ya, ni nos asombra. A Aznar hay que recordarle el viejo dicho navarro: cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com